El jueves 2 de diciembre comienza en La Habana la fiesta del cine. La 32 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
La gente sencilla, del café sin leche que cada día cuenta las monedas en sus bolsillos, en los diez días que dura el Festival, pueden dejar a un lado los agobios y sumirse tranquilamente en esa oscuridad mágica que es la pantalla grande.
Año tras año, cuando llega diciembre, La Habana es un mar de personas y de largas filas en distintos barrios de la ciudad. Elena, 54 años, suele pedir vacaciones y desde las 12 del mediodía hasta cerca de la medianoche, salta de un cine a otro y disfruta lo ultimo del cine latinoamericano.
Rogelio, 60 años, bibliotecario, acaba de adquirir un talonario de 20 pesos (un dólar) en el céntrico cine Payret. Ese talonario le permitirá ver 10 filmes sin tener que hacer las extensas colas (cada entrada cuesta 2 pesos, 0.10 centavos de dólares).
Aparte de un montón de películas del continente, en esta edición, como viene siendo habitual, habrá muestras de producciones europeas. También se puede descubrir lo nuevo del cine canadiense o realizaciones independientes de Estados Unidos.
Alfredo Guevara, presidente del festival habanero, en una conferencia de prensa, anunció que este año se exhibirán más de 500 películas, de las cuales 122 concursarán. Argentina encabeza la nomina con 88 títulos, en las siete categorías convocadas. Le siguen México, con 79 y Cuba con 78, entre ellos cuatro largometrajes que aspiran a ganar un Coral.
Las cintas del patio son: En el ojo del canario, del realizador Fernando Pérez; Larga distancia, de Esteban Insausti; Boleto al paraíso, de Gerardo Chijona, y La casa vieja, de Lester Hamlet.
Guevara también confirmó que la 32 edición supera en cifras a las anteriores y se distingue por la diversidad de géneros. “Se nos aproximan días de fiesta de la inteligencia y de arte audiovisual, en este festival que se desborda con un público fiel, que es el mayor regalo que podemos tener. Ya son 32 años. Es mucho”, expresó.
Más de 20 obras de ficción y 24 operas primas optan por premios Corales. Entre las favoritas se encuentran Hermanos, del venezolano Marcelo Rasquin, Colón de Oro este año en Huelva, y Abel, producida y dirigida por el actor mexicano Diego Luna.
A pesar del mal estado de varias salas y los problemas habituales del transporte público, los festivales de cine siempre son bien recibidos por los cubanos. Para los cinéfilos es una oportunidad única: el resto del año, la cartelera cinematográfica es bastante pobre en la isla.
Y para quienes no tienen al séptimo arte como una de sus prioridades, es una ocasión para despejar la cabeza, asistir con la novia al cine y comer maní o rositas de maíz.
Luego, a la salida, comprar un perro caliente y contemplar el amanecer sentado en el muro del malecón. Una manera de escapar a la crisis económica. Además es diciembre. Mes de resumen. Y buenos augurios.
Iván García