Desde La Habana

Damas de Blanco: oraciones y rebeldía

Damas de Blanco: oraciones y rebeldía

En aquella sociedad confusa, pantanosa, sin definiciones ni porvenir que está instalada en Cuba, hay una especie de resplandor, de luz, que se encendió hace 15 años y no hay fuerza policial que la apague o la marchite.

Son las Damas de Blanco. Y están en las iglesias y en las calles de muchas de las provincias de la Isla después de que, en el año 2003, salieron por primera vez a reclamar la libertad de sus familiares, los 75 activistas y disidentes cubanos que fueron a parar a la cárcel durante la Primavera Negra.

Ellas, las madres, esposas, hermanas e hijas de los detenidos, inauguraron esa manera de protestar contra la dictadura el domingo 30 de marzo del 2003 cuando, vestidas de blanco, asistieron a una misa en el templo de Santa Rita, en la barriada habanera de Miramar, en el municipio Playa, encabezadas por su líder original Laura Pollán, ya fallecida.

El grupo, dirigido ahora por la activista Berta Soler, una vez liberados después de siete años sus parientes, ha continuado sus manifestaciones con el reclamo de la libertad de los presos políticos -más de un centenar en la actualidad-, y además, por un proceso de cambios profundos que conduzca a la República, a un clima de respeto por los derechos humanos, el progreso económico y la libertad.

Así es que, cada domingo, los gendarmes y los grupos paramilitares salen a reprimirlas en Ciudad de La Habana, Matanzas, Colón, Guantánamo, Santiago de Cuba, donde sea, con sus métodos naturales que incluyen golpizas, arrestos, mítines de repudio, asalto a sus viviendas, robo de equipos y todo el arsenal de que dispone la dictadura para realizar la única labor social que realiza con cierta eficacia: la represión.

Las Damas de Blanco se han ganado el reconocimiento y el aprecio de todas las instituciones internacionales de derechos humanos -han recibido, en 2005, el Premio Sajarov- y su trabajo, sus riesgos y sacrificios, las han puesto en un sitio de altura en el diverso esquema de enfrentamiento interno al castrismo.

También, desde luego, se han ganado el odio oficial y la condena de sus sirvientes. He aquí lo que dice un guataca del gobierno que se llama Enrique Ubieta: “Toman mujeres de personas que trabajaron para subvertir el orden constitucional las visten de blanco -un color asociado con la paz y con la pureza-, les colocan un gladiolo y las llevan a la iglesia católica que es un escenario perfecto para que las vean en Europa. Ya cuando las tienen preparadas, dicen: “Cámaras, ¡acción! y ahí está CNN y la TVE”.

Para mí, las Damas de Blanco, son el mensaje de una rebeldía que no se acaba nunca.

Raúl Rivero

Blog de la Fundación Nacional Cubano-Americana.

Foto: Tomada del blog de la FNCA.

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