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Cubanos que buscan emigrar tienen a Estados Unidos como primera opción
Cubanos que buscan emigrar tienen a Estados Unidos como primera opción

Cubanos que buscan emigrar tienen a Estados Unidos como primera opción

Hay pocas cosas que convoquen espontáneamente a los cubanos de la Isla. Por ejemplo, que el equipo provincial se corone campeón en la serie nacional de béisbol, donde en pachangas preparadas por el partido comunista, entre la cerveza infame y un ruidoso reguetón, la gente lo celebra por todo lo alto.

También es un anhelo vivir lo mejor posible en un país con el salario más bajo del Tercer Mundo y precios de venta de Qatar. Y si Dios quiere, poder viajar al extranjero.

Da igual si es por la empresa, una misión estatal o por carta de invitación de un pariente, amigo o la futura novia que reside en Europa. Emigrar por un tiempo determinado o definitivamente, es un plan casi permanente de muchos jóvenes o profesionales desmotivados que ganan sueldos inferiores al de un maletero de hotel.

Un segmento amplio de cubanos lo lleva estampado en el imaginario, como un sello postal: consideran que un país extranjero debe salvar el desastre nacional.

Instintivamente o descaradamente, gobierno, ciudadanos de a pie, intelectuales amaestrados y disidentes, se victimizan y culpan del fracaso al embargo económico, la crisis mundial, huracanes tropicales o la falta de ayuda de Estados Unidos.

Cualquier situación es la responsable de que la economía no crezca, no se construyan viviendas suficientes, el transporte urbano y la recogida de basura resulte una calamidad o internet no pueda llegar a todos.

Con las nuevas medidas aprobadas de conjunto por la Casa Blanca y el Palacio de la Revolución, derogando la ley de pies secos-pie mojados, una política incoherente que Clinton promulgó en 1994, la mayoría de los cubanos han descargado su furia en Barack Obama.

Analicemos. Obama es un mentiroso. No se puede repetir públicamente que ciertas leyes migratorias exclusivas para los cubanos no sufrirían cambios, y ochos días antes de terminar su mandato suprimirlas.

Y no es que Barack esté equivocado. No. Le asiente la razón. Cada país soberano diseña las normas migratorias según le parezca. Los privilegios hacia los cubanos eran cuando menos contraproducentes.

Si nacer en un país de gobierno dictatorial y comunista, donde se prohíbe fundar otros partidos o ejercer periodismo sin mordaza, es una razón de fuerza mayor para que el principal Estado receptor de migrantes en el mundo le ofrezca una oportunidad a los cubanos, entonces no debe existir medias tintas, y defender según sus principios éticos las leyes promulgadas.

Democracia, oportunidades y derechos humanos forman parte de los pilares de la sociedad estadounidense. No deben tener complejo tutelarlos. Aunque, en el caso de la emigración, debe ser supervisada.

De Cuba no va llegar un terrorista y rara vez aterrizan delincuentes peligrosos. A veces estafadores de programas federales, gente que apuesta hacer dinero con la venta de drogas o perezosos mentales, acostumbrados a vivir en un Estado parásito donde la natural ambición humana es rotulada como presuntos delincuentes, que abusan de las ayudas del gobierno estadounidense.

La ley de pies secos-pies mojados era una política peligrosa y mal implementada. Si se va recibir a emigrantes, se reciben, no se estimula a un maratón marítimo o terrestre para llegar a la frontera de Estados Unidos.

Ese doble rasero del ejecutivo estadounidense era absurdo. Si quieren ayudar a los cientos de miles, probablemente un millón o dos, que sueña con emigrar, háganlo por vías seguras.

Sorteos de visas, o luego de analizar las necesidades de mano de obra en diferentes esferas productivas y de servicios, conceder permisos de trabajo. Si usted quiere comprobar la cantidad de cubanos disgustados con la junta militar castrista, invito a la Casa Blanca que otorgue una prórroga de tres meses y concedan visa a cualquier cubano, sin antecedentes penales, que lo desee. Las colas en el exterior de la embajada habanera serían kilométricas.

Las normas chapuceras provocan un espejismo temerario. Porque lo que no dice la letra de ley, se presume que es permitido. Es lo que pasaba con el estatuto derogado por Obama.

Es una pena para su administración, seguramente la mejor valorada por el pueblo cubano, hasta que anuló la ley de pies secos-pies mojados. Si a un niño usted lo educa consintiendo su mal comportamiento, luego no quiera aplicar la lógica.

A los dos mil o tres mil cubanos desperdigados por Centroamérica y México, el gobierno federal de Estados Unidos debiera permitirles entrar a suelo norteño. La mayoría quemó todas las naves. Vendieron sus casas o pertenencias de valor. No pueden mirar atrás. No dejaron nada.

La grandeza de Estados Unidos no es la fuerza, es su magnanimidad. Aquellos profesionales, deportistas y técnicos, entre otros, que quieren trabajar duro para salir adelante, debieran tener una posibilidad para emigrar de manera segura desde Cuba.

Algunos disidentes y exiliados piensan que luego de cerrarse las puertas migratorias, muchos compatriotas iniciarían protestas callejeras exigiendo sus derechos.

Sería lo ideal. Pero me temo que no va suceder. Los Estados totalitarios son caprichosamente diferentes. Si cuatro generaciones de cubanos se han marchado, o los han expulsado de su patria, no se le puede pedir dosis de heroísmo al resto.

La mayoría de los cubanos son personas pacíficas. Quieren lo mejor para su familia y vivir con dignidad. La autocracia castrista se caerá por su propia ineficacia. Pero tienen la fuerza y no van a dudar en utilizarla.

Esa masa silenciosa de cubanos, que aparentan fidelidad al régimen y también anhelan emigrar, no desea ser carne de cañón. El patriotismo y defensa de sus derechos no los va a convocar a desafiar al régimen.
Es duro de aceptar, pero es lo que hay. Ellos solo quieren emigrar. Y a Estados Unidos como primera opción.

Iván García
Hispanost, 18 de enero de 2017.

Foto: Tomada de Miami New Times.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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