Marlon Brandon Díaz, 23 años, encarcelado por participar en las protestas contra la dictadura el 11 de julio de 2021, no pudo contener las lágrimas cuando al llegar a casa se abrazaba con sus familiares y amigos. Díaz, con varias libras de menos debido a la mala alimentación en la prisión, y un iddé de santería en su muñeca derecha, alguna vez soñó ser beisbolista, firmar un contrato en la MLB, e intentar ganar Series Mundiales como su coterráneo Orlado Duque Hernández, el soberbio lanzador habanero que obtuvo cuatro anillos con los Mulos de Manhattan.
No pudo ser. “El padre le puso Marlon Brandon por el actor estadounidense. Su actuación en la película del Padrino lo cautivó. Sancionarlo a él y otros muchachos a tantos años de prisión fue un abuso del gobierno”, dice un pariente del joven.
Según cuentan varios familiares de presos políticos, fueron excarcelados bajo el acápite de libertad condicional. “Es una forma de presionarlos para mantenerlos callados. Les dijeron que si hacen declaraciones a la prensa extranjera o independiente, las autoridades podrían regresarlos a la cárcel. Es un chantaje del gobierno. Salieron de la prisión chiquita y ahora siguen presos en el reclusorio grande que es Cuba”, señala un pariente.
Aun impera el miedo en una parte importante de la ciudadanía e incluso varios presos políticos y sus familiares se muestran cautos a la hora de dar entrevistas. Pero los tiempos han cambiado. Rowland Jesús Castillo, Denis Hernández y Luis Robles, entre otros, han expresado su compromiso con los cambios políticos en la Isla y la renuncia del gobierno comunista.
“La mayoría de los muchacho siguen puestos. Nacieron y viven en la pobreza y la prisión no les hizo cambiar su forma de pensar”, apunta un amigo de Denis Hernández, preso político recién liberado residente en la provincia de Mayabeque.
El opositor José Daniel Ferrer, líder de la UNPACU, la mayor organización opositora del país, aseveró que Biden y la Iglesia Católica fueron engañados en la negociación por la dictadura castrista. En cierto modo, dijo que habría preferido permanecer tras las rejas y no ser liberado con tantas restricciones. Ferrer, de 54 años, quien fue encarcelado en 2021 tras intentar asistir a una protesta contra el régimen en el municipio Palma Soriano, donde reside, ha sido el disidente de más alto perfil liberado que se benefició de las conversaciones secretas facilitadas por el Vaticano.
Félix Navarro, 72 años, líder del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, residente en el poblado de Perico, provincia Matanzas, a poco más de 140 kilómetros al este de La Habana, afirmó que “lo vamos a lograr, hoy estamos más cerca de la libertad de Cuba”. Tras salir de la prisión de máxima seguridad de Agüica, en Matanzas, Navarro dijo no tener noticias de su hija, Saylí Navarro, también encarcelada desde el verano de 2021 por manifestarse en contra de la dictadura.
Otros disidentes emblemáticos como Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo continúan en prisión. Sus parientes desconocen si van ser excarcelados. “Con esta gente -el régimen- cualquier cosa es posible. Lo mismo lo sueltan el lunes 20 de enero que lo tienen guardado cuatro o cinco años más. No van a desperdiciar todas las balas. Se van asegurar de tener pesos pesados en la cárcel para poder negociar con Trump en el futuro. Cuba no exporta ni petróleo ni diamante. Solo presos políticos”, opina un allegado de Otero Alcántara.
Según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, hasta las 2 de la tarde del sábado 18 de enero, habían sido liberados 88 presos políticos. Algunos disidentes consideran que en sus negociaciones, el régimen de La Habana mintió al Vaticano y al presidente Biden para que sacara a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
“Han confeccionado una lista de 553 supuestos presos políticos. Pero hasta el 18 de enero, solo habían excarcelado a 88 presos políticos, el resto son presos comunes. Otra vez se la han colado a los americanos. El mismo día que pactaron el acuerdo, a prisión entraron 16 nuevos presos políticos y un mes antes al periodista independiente Yeris Curbelo lo condenaron a dos años de cárcel”, señala Rolando Rodríguez Lobaina, director de Palenque Visión y fundador en 2008 de la Alianza Democrática Oriental.
En la Isla existe una puerta giratoria por donde entran y salen presos políticos a conveniencia de la dictadura. La negociación de la Casa Blanca con el régimen cubano fue torpe y apresurada. Biden no obtuvo un compromiso tangible de la autocracia castrista para dejar de apoyar al terrorismo internacional o dar asilo a connotados terroristas.
Todavía residen en La Habana decenas de miembros de grupos guerrilleros colombianos del ELN y las FARC, considerados terroristas por Estados Unidos y la UE. Prófugos de la justicia estadounidense como Charles Hill o Assata Shakur son protegidos por las autoridades cubanas. Según información de los servicios especiales de Estados Unidos, China y Rusia aceleran la construcción de nuevas bases de espionaje electrónico. Y aun los supuestos ataques sónicos ocurridos en 2016 no han sido esclarecidos por las autoridades estadounidenses-
La dictadura más longeva de Occidente apoya fervientemente a grupos terroristas como Hizbolá y Hamás. La inteligencia y contrainteligencia cubana es un actor importante de la represión en Venezuela y Nicaragua. Cuba apoya a Putin en la invasión a Ucrania. Y vira la cara hacia otro lado con el reclutamiento por parte de Rusia de cientos de mercenarios que luchan en el frente ucraniano.
En los últimos dos años, la Isla ha sido visitada por buques militares con armas nucleares y ha habido una escalada en la represión a opositores, activistas y periodistas independientes, forzando a la mayoría a exiliarse de su patria.
La medida aprobada por Biden presenta un resquicio que pudiera ser aprovechado por las autoridades castristas si de verdad quisieran iniciar auténticas reformas políticas y económicas. Si el gobernante Díaz-Canel, o su mentor, el anciano dictador Raúl Castro, reconocen que la fallida ideología comunista ha fracasado, entonces la disposición de Biden tendría sentido.
Si la dictadura militar inicia con urgencia el desmantelamiento de las ineficientes estructuras del Estado, legalizan la oposición y permiten negocios privados sin obstáculos, la mayoría de los cubanos de las dos orillas y la comunidad internacional lo aprobarían. No sería complejo. En tres meses se liquidarían las descapitalizadas empresas estatales y el sector militar que controla las finanzas podría negociar su renuncia del poder a cambio de continuar ser los dueños de la tercera mayor planta hotelera de América Latina. Aunque una parte importante del pueblo cubano y del exilio no estaría de acuerdo que la casta verde olivo mantenga sus negocios porque han arruinado al país.
La decisión de Biden, anunciada el 14 de enero, fue revocada por Donald Trump el 20 de enero, horas después de su investidura. Solo durante una semana Cuba estuvo fuera de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Iván García
Foto: Tomada de Infobae.