Estos días, Cuba apareció en los medios internacionales como una discreta y competente clínica particular de Chávez. Otro asunto que le concedió espacios fue la visita del jefe del Ejército de Bolivia, Armando Pacheco, feliz de estrechar lazos con los militares cubanos.
Y, por último, el escándalo de una casquivana cebra que le fue infiel a su compañero con un taimado burro criollo y tuvo un hijo (un cebrasno) en el zoológico de Ciego de Ávila, provincia a poco más de 400 kilómetros al este de La Habana.
Detrás de esas noticias, los ciudadanos entran al ardor del verano con las mismas promesas del siglo pasado y, como sombrilla, el anuncio de transformaciones económicas raquíticas y demoradas. Para otra parcela de la sociedad, en la que trabajan la oposición pacífica y el periodismo independiente, la temperatura sube más y quema como la candela.
Ellos están bajo un asedio contínuo, una represión que se mueve desde el arresto, los mítines de repudio y las golpizas hasta las amenazas y las campañas individuales de descrédito.
Las instituciones que observan los derechos humanos reportan que en los primeros meses de este año fueron detenidos 1,127 cubanos. Un 110% más que en el mismo período de 2010. Ocho personas han sido condenadas a penas de cinco años de cárcel.
Los informes coinciden a la hora de describir el panorama como un reverbero de violencia. Y señalan que las manifestaciones de rebeldía se extienden a ciudades y pequeños pueblos. Hasta ellos llega también la fuerza de los represores.
El trabajo de control gubernamental se hace más visible con algunas figuras destacadas de la disidencia. El doctor Óscar Elías Biscet, uno de los 12 presos del Grupo de los 75 que decidió permanecer en su país y rechazó viajar al exilio en España, deberá presentarse cada mes ante la policía.
Unos 15 periodistas independientes han sido arrestados (y liberados poco después) entre los meses de marzo y abril. Algunos denunciaron advertencias y presiones para que dejen de realizar su labor. En el plano de los insultos y las descalificaciones, los ataques incluyen a los jóvenes blogueros y seguidores de Twitter, una minoría apabullada y en la indigencia técnica.
Hay cambios: bajo perfil y pantallas. Nada de castigos largos como en la primavera de 2003. Reprimir puerta por puerta para que no se mueva nadie. Y si se mueve alguien que no se sepa nada.
Raúl Rivero, El Mundo
Foto: El cebrasno al lado de su padre, un burro criollo del que heredó su cuerpo robusto y el color marrón. De la cebra, su madre, sacó las piernas largas y rayadas, sus orejas y una línea negra central que va desde la crín hasta la cola. El nacimiento del animal, producto de un cruce fortuito, fue noticia en Cuba y en el mundo. Según el director del zoológico, el burro y la cebra son genéticamente compatibles, por lo que pueden procrear híbridos como este cebrasno.