La fascinación por los misterios del porvenir de Cuba y el empeño de algunos estudiosos por comprender y explicar con rigor académico el pasado, produce un olvido fatal del presente. Esa consagración a otros tiempos deja en lo oscuro la realidad, lo que pasa hoy, pasó ayer y está escrito que pasará mañana por la mañana bajo la acción de una dictadura cada vez más represiva que, al mismo tiempo, por su incapacidad y torpeza, margina y abandona a los grandes sectores de la población.
El trabajo constante de la policía y las brigadas militares en contra de los grupos de oposición, el periodismo independiente y los artistas libres, incluidos arrestos, golpizas y allanamientos de viviendas, mítines de repudio y acoso diario, se han convertido en leves sombras pasajeras en algunos espacios de la prensa del exilio.
Es válido y necesario reflexionar sobre la historia y especular o adelantar lo que se sueña para el futuro, pero la actualidad cubana merece mayor atención porque es en ese escenario desde el que se puede examinar con lucidez lo que pasó y se puede influir en las alternativas de la nación que vendrá.
Una reseña solvente de lo que pasa en Cuba al día de hoy a lo mejor contribuye a que algunas democracias occidentales que muestran gran entusiasmo por negociar con el régimen no puedan argumentar que ignoran la violencia y la violación sistemática de los derechos humanos de un gobierno que esta semana realizó una razia contra la dirección de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en Santiago de Cuba, allanó sus viviendas, arrestó a decenas de opositores y les confiscó sus equipos de trabajo.
La policía y sus ayudantes iniciaron la jornada, como cada domingo, con una lluvia de piedras contra la sede habanera de las Damas de Blanco y, también como siempre, con casi un centenar de mujeres apresadas y golpeadas en diferentes ciudades del país.
Es cierto que tanto la UNPACU como las Damas de Blanco son objetivos fijos en el punto de mira de los represores aunque su rigor abarca a todos los grupos opositores, a todos los comunicadores y artistas libres y a cualquier cubano que tenga el valor de decir en público una opinión contraria al castrismo.
Para los alborozados inversores, empresarios y cuadros políticos con renombre de demócratas en la vieja Europa y otros sitios del mundo que pueden demostrar indiferencia por la libertad de los cubanos, he guardado este titular represivo que tiene mucho que ver con sus intereses reales que son el dominio del progreso, la eficacia socialista y el dinero: “El régimen encarcela a una joven de 18 años por pedir limosnas para alimentar a sus hijos”.
Raúl Rivero
El Nuevo Herald, 10 de marzo de 2017.
Foto: Berta Soler, su esposo Ángel Moya y cinco Damas de Blanco el pasado 5 de marzo de 2017 en la sede del Movimiento de las Damas de Blanco, que radica en el domicilio del matrimonio Soler-Moya en Lawton. Tomada de Primavera Digital.