Home / La Carpeta de Iván / Cuba en los Panamericanos de Toronto 2015

Cuba en los Panamericanos de Toronto 2015

Según cuentan algunos cronistas, el tambor de la guerra y el teatro de operaciones bélicas, es un hobby casi permanente en la vida de Fidel Alejandro Castro Ruz.

Siendo un niño escribió una carta al presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt. Por 10 dólares, pretendía canjear cierta información sobre minas de cobre en Oriente que podrían servir en la fabricación de aviones y cañones para la armada estadounidense en la II Guerra Mundial.

Carlos Alberto Montaner refiere que Lina Ruz, su madre, lo llamaba a almorzar disparando una vieja escopeta. Su devoción por las armas y la narrativa bélica lo llevó a tramar el asalto a una fortaleza militar en Santiago de Cuba y fundar un movimiento con tácticas terroristas, con el uso de atentados en lugares públicos, secuestros de aviones y celebridades al estilo del corredor de autos argentino Juan Manuel Fangio.

Su perfil esconde apuntes interesantes para cualquier psiquiatra. Castro debió pasar por el desván de un psicólogo para intentar curar su megalomanía. Le hubiese ahorrado algunos disparates a Cuba.

El Partido Socialista Popular, bajo la égida del Kremlin, lo catalogó de comegofio y pequeño burgués atolondrado, a raíz de sus desatinos en un debate sobre educación privada y pública en el Colegio de Belén y posteriormente tras su fracasado asalto al Cuartel Moncada.

Cuando el barbudo llegó al poder gobernó al compás de movilizaciones militares, narrativa de guerra y economía de cuartel. Se encolerizó cuando Kruschov negoció una salida pacífica a la crisis de los cohetes en octubre de 1962.

Castro apostaba por la épica. Inmolarse por la patria, el socialismo y el hombre nuevo. Al igual que ahora lo hacen los yihadistas en nombre del Islam.

Dirigió la guerra de Angola a distancia desde una casona en Nuevo Vedado, sentado en una butaca de cuero negro y revolviendo tanques, cañones y tropas en miniatura de una maqueta gigante.

Su enemigo no solo es Estados Unidos. Es también el capitalismo. Cada cita olímpica, centroamericana o panamericana es una parábola bélica para él.

Ya se sabe que el comunismo convirtió al deporte en un rehén de la supremacía. Pero Castro lo llevó a otra dimensión. Personalmente se involucraba en la preparación de los deportistas y recibía a sus ‘héroes’ después de obtener ‘sonados triunfos’.

La calidad del deporte cubano es incuestionable. Pero su manipulación proverbial es obscena. Después que Fidel se jubiló por enfermedad y a dedo legó el trono a su hermano Raúl, se pensó que se abolirían las cruzadas deportivas.

El deporte se ha ido despolitizando. Sin prisa y con muchas pausas. Ya en la tele podemos ver a peloteros cubanos antaño catalogados como traidores.

Pero los funcionarios del Estado mantienen su mentalidad de plaza sitiada. A pesar del giro diplomático el 17-D, donde los dos países salieron de sus trincheras, en la narrativa oficial se conservan los estereotipos lingüísticos de aquellos viejos tiempos de la Cuba soviética.

A punto de comenzar los Juegos Panamericanos de Toronto, la propaganda estatal trabaja a destajo. Se hace énfasis en lo político. Olga Lidia Tapia, jefa del departamento de educación y deportes del partido comunista, se reunió con un grupo de atletas y les dijo que más importante que las medallas es regresar a la patria.

Las innumerables fugas de atletas ha puesto en crisis el movimiento deportivo en Cuba. Si el régimen se ha visto obligado a diseñar una nueva política en el deporte y abrirse a clubes profesionales, es debido a la presión centrifuga de peloteros, boxeadores y voleibolistas que saltaron la tapia en busca de libertad financiera.

Un cariacontecido Miguel Díaz-Canel manifestó que los atletas cubanos estarán expuestos a «muchas provocaciones» en Canadá, en una aparente alusión a las ofertas que puedan recibir los deportistas para desertar o a las críticas políticas contra La Habana. Díaz-Canel añadió que, no obstante, ellos también tendrán en Toronto «el apoyo de movimientos de solidaridad que comparten los ideales de la Revolución cubana».

Los deportistas de la Isla suelen viajar a estos eventos acompañados de una amplia delegación de funcionarios que controlan sus movimientos. Se pretende desconocer que el deporte en el siglo XXI funciona por reglas del mercado. Es un negocio. Los scouts no son espías ni provocadores. Hacen propuestas a deportistas cubanos, brasileños o canadienses.

En el terreno deportivo Cuba, no la tendrá fácil. En muchas disciplinas hay un retroceso cualitativo. Es probable que ningún deporte colectivo obtenga medalla de oro.

El béisbol puede salvar los muebles. Pero lo tendrá difícil, después de perder a varios peloteros de proyección y el bajo rendimiento de algunas estrellas como Frederick Cepeda.

Para retener el segundo lugar, Cuba deberá alcanzar alrededor de 50 medallas de oro. Por el retrovisor miran a Brasil y Canadá, cada vez más cerca.

La Isla asistirá con una delegación pequeña en comparación con otras potencias. En un principio la lista era de 461 atletas. Pero tras un recorte del comité organizador, competirán 446.

Su arma secreta son el atletismo y los deportes de combates. Boxeo, lucha libre, greco, taekwondo y judo deben aportar títulos áureos. Al judo femenino y masculino no le será fácil con Brasil. El ciclismo de pista, el tiro, kayak y remo pueden obtener alguna que otra medalla de oro.

El atletismo es la clave para que Cuba pueda alcanzar el segundo escaño que mantiene desde los Panamericanos de Cali 1971. Si Estados Unidos y Jamaica asisten con sus estrellas, le robarán probables medallas de oro a la Isla.

Aunque la cercanía del campeonato mundial en agosto, a celebrarse en China y las Ligas del Diamante, son el principal objetivo de los atletas encumbrados. La natación también es clave para Brasil. Si Estados Unidos desembarca con lo mejor, los sudamericanos perderían valiosas medallas de oro.

Desde esa perspectiva, no sería desatinado afirmar que la batalla por el segundo lugar depende en buena medida del interés competitivo que le otorgue la Federación estadounidense al torneo.

Mi pronóstico: Cuba perderá el segundo lugar. El rival más peligroso será Canadá, que además de ser el país sede, participa en todos los eventos.

Otro problema que la Isla tiene es la huida de atletas, hastiados de ganar salarios de obreros. Cuba no solo compite contra sus rivales. También compite contra sí misma.

Iván García

Foto: Izamiento de la enseña nacional cubana en la Plaza de las Banderas de la villa donde residirán los deportistas del continente que del 10 al 26 de julio de 205 participarán en los XVII Panamericanos, en Toronto, Canadá. Tomada del blog Auca en Cayo Hueso.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x

Check Also

Emigrar sigue siendo el mejor negocio en Cuba

Emigrar sigue siendo el mejor negocio en Cuba

Cuenta Gerandy, 24 años, graduado de historia del arte, que ncluso en las noches de verano, cuando en pleno apagón los mosquitos te agobian en el poblado de Bainoa, municipio de Jaruco, provincia Mayabeque a unos 30 kilómetros al sudeste de La Habana, la gente se abriga del frío. “Cuando en Cuba los termómetros marcan 34 grados,