Cuatro días antes de iniciar el curso escolar 2019-2020, a Mayda, gastronómica, madre de una adolescente que cursa preuniversitario al sur de La Habana, le informaron que había comenzado la venta de uniformes.
Sumamente enojada, comenta que desde hace un mes comenzaron las ventas de uniformes en todos los municipios del país. «Comenzaron vendiendo los uniformes de los alumnos de primer grado, quinto grado, séptimo y décimo grado. Y luego comenzaron a vender el resto de los grados. Tuve que hace dos días de cola en medio de tremendo calor y broncas constantes. Cuando me tocó comprar, no había la talla que necesitaba. Es absurdo que las tallas de los uniformes de preuniversitario que el Ministerio de Comercio Interior pone a la venta para muchachas de 15, 16 y 17 años, tengan las medidas de niñas de 5 o 6 años. O por el contrario, tamaños que solo sirven a mujeres muy gordas. Como siempre, en Cuba no llegan o se pasan”.
Lucia, abuela de tres nietos, dos son alumnos de secundaria y uno de un instituto tecnológico, a pesar de la diabetes, explica que tras horas de cola, «compré cuatro uniformes, dos para cada nieto de secundaria, al que estudia en el tecnológico no pude comprárselo porque en la tienda no había. Los uniformes tienen un precio módico, 4 pesos y 50 centavos cada uno. Pero como les quedaban, tuve que mandarlos a arreglar y por cada uno la costurera me cobró 60 pesos. ¿Por qué el gobierno no se quita todo ese problema de las colas y distribuye los uniformes en las escuelas? Creo que sería menos complicado”.
Pero la sensatez no abunda entre las instituciones de la Isla. Según Rosa María, trabajadora de un taller textil, “la materia prima para confeccionar los uniformes llegó de China un mes y medio antes comenzar el curso escolar. Figúrate, era imposible que estuvieran listos para el inicio del curso el 2 de septiembre. Eso sin contar que la calidad de la tela deja mucho que desear. Si ahora mismo el país está en medio de una crisis económica, ¿no sería más simple quitar los uniformes y que los muchachos vayan a la escuela en ropa de calle?”.
En el mercado negro, un uniforme escolar cuesta entre 5 y 10 cuc, según la calidad de su confección. “Los que se roban en las tiendas cuestan 100 pesos. Pero cuando hay crisis como ahora, los robados no bajan de 5 cuc o 120 pesos. Los que las mulas traen de Miami, que son idénticos, pero de mejor calidad, se venden en 8 cuc. Pero, si hay escasez, como ahora, valen 10 cuc. A mi, por suerte, mi familia de Hialeah me envió un paquete con tres uniformes para mi hijo”, señala Lourdes, peluquera particular.
El drama de la adquisición de uniformes es solo un capitulo del agobio que viven los padres para conseguir otros implementos escolares. “Compré cuatro pares de tenis que me costaron 50 cuc cada uno. Cuatro mochilas a 20 cuc cada una más 40 cuc en libretas, lápices, gomas, sacapuntas, reglas y forros de libros», detalla Mario, cuentapropista.
Melissa, estudiante de preuniversitario, dice que «en la escuela garantizan libretas para el primer semestre, pero son de muy mala calidad. Después, los padres tienen que comprarlas y cada libreta cuesta entre 0.60 y 2 cuc, dependiendo del tamaño y cantidad de hojas».
Reinaldo, chofer de ómnibus, padre de tres hijos, alumnos de primaria, secundaria y preuniversitario, explica que además del dinero en la compra de materiales escolares «tienes que añadir el gasto en merienda y almuerzo en el caso de los niños hasta noveno grado. A los de preuniversitario, los padres les dan 30 o 40 pesos diarios para que coman algo en una cafetería particular. Y si viven lejos de la escuela, 20 pesos, para que vayan y regresen en taxis particulares que cobran 10 pesos. A pesar del incremento salarial, a los padres que no tienen otro empleo o la manera de conseguir un dinero extra o familiares afuera que te envíen divisas, se les une el cielo con la tierra».
El curso escolar 2019-2020 está marcado por la crisis económica que hace dos años se ha profundizado en Cuba. Una situación agravadas por el déficit de combustible que llegaba desde Venezuela y por las nuevas medidas restrictivas implementadas por la administración de Donald Trump, que acusa a la autocracia castrista de apoyar con inteligencia y asesores militares a la dictadura de Nicolás Maduro.
Ena Elsa Velázquez, ministra de educación, reconoció que la tensión financiera que sufre el país impacta en el nuevo curso escolar. “Por el momento, están asegurados recursos como las libretas, lápices de escribir y de colores, las tizas y el módulo del maestro, pero que la disponibilidad de otros recursos como la tempera, acuarelas y crayolas está incompleta”. Velázquez dijo que había libros de texto y cuadernos de trabajo que no se han podido producir por falta de papel, que ha habido atrasos en la reparación y mantenimiento de las escuelas, y que la disponibilidad técnica de las computadoras destinadas a la docencia se encuentra en el 73 por ciento.
Cuando el próximo lunes 2 de septiembre arranque el nuevo curso escolar, 1,7 millones de estudiantes asistirán a las aulas. De esa matricula, 65 mil alumnos tendrán régimen interno y 761 mil, seminterno. El número de escuelas superan las 10.700. Y aunque a todos los maestros se les aumentaron, la cobertura docente alcanzaría el 95 por ciento. El porcentaje que falta será completando con el uso de alternativas como la contratación por horas y la sobrecarga docente, aseguró la ministra.
Rita, ama de casa y madre de dos hijos que estudian en el nivel secundario, cuenta que “esta semana estuve ayudando en la limpieza de la escuela de mis hijos. Parte el alma. Ni siquiera le han dando una mano de pintura a la escuela, solo funcionan dos televisores, las sillas y mesas se han arreglado un poco con la ayuda de los padres, quientes también hicimos una colecta en pesos convertibles para comprar dos ventiladores. La directora nos dijo que en este curso, más que nunca, van a necesitar de nuestra ayuda. En la escuela falta de todo. La mayoría de las computadoras son viejas y no funcionan, no hay detergente para limpiar los baños”.
Un funcionario del Ministerio de Educación del municipio Diez de Octubre dijo a Diario Las Américas que por el presupuesto estatal para educación de este año se redujo un tercio por «dificultades financieras”. De momento, añadió, «se ha paralizado la renovación del parque informático, pues las computadoras actuales son de segunda generación. También se detuvo la entrega de tabletas a maestros y alumnos. Ya nadie habla de ello. Incluso se esperaba una restructuración a fondo en los planes educacionales, pero debido a la crisis económica se paró el proyecto. Los libros y la base material de estudio, además de desfasados, están en muy malas condiciones».
¿Y para cuándo internet en la enseñanza primaria, secundaria y preuniversitaria? Tendrán que seguir esperando.
Iván García
Foto: Una maestra en su aula de una escuela en Santiago de Cuba, escribiendo en el pizarrón la palabra Bienvenidos. En las mesas, los libros de uso y las libretas nuevas que a cada alumno le entregaron el 2 de septiembre, día del inicio del curso escolar 2019-2020 en todos los niveles de enseñanza de la Isla. Tomada del periódico Sierra Maestra.