Desde La Habana

«Creo que la UE debe mantener la posición común», declara Guillermo Fariñas

El sicólogo y periodista independiente Guillermo Fariñas, quien estuvo cuatro meses en huelga de hambre reclamando la libertad de 26 presos políticos, opina que se ha escalado un peldaño en el pulso político que sostiene la oposición cubana con el gobierno de los hermanos Castro.

Pero Fariñas no está del todo satisfecho. “La posición común de la UE se debe mantener, es un instrumento de presión que ha surtido efecto, no deben ceder las 27 naciones del bloque europeo. Deben ir a por más. No se puede conformar la UE con la excarcelación de los 52 presos de conciencia”, señala Fariñas sentado en una silla de ruedas, en su mínima oficina montada en una habitación de su vivienda.

Ya el campeón de las huelgas de hambre en Cuba está en casa. Guillermo Fariñas reside en un barrio pobre y mayoritariamente negro conocido como La Chirusa, en la ciudad de Santa Clara, a 270 kilómetros de La Habana.

Su última huelga de hambre fue la número 23. Y de cierta manera, la única que ha logrado su objetivo. “Fui el primer sorprendido, cuando altas instancias de la iglesia católica en la isla llamaron a la sala de terapia intensiva del hospital donde estaba ingresado, para informarme la decisión del gobierno de liberar a los 52 reos de la primavera negra de 2003. Duplicaron en número mi pedido”, apunta Guillermo.

Según Fariñas, la excarcelación de los presos políticos, es un gesto de buena voluntad del General Raúl Castro. Pero el ‘Coco’ -como se le conoce en Cuba- va a por más.

“Pienso que la disidencia y la incipiente sociedad civil cubana debe unirse en cuanto a objetivos y propuestas concretas de exigencias al gobierno. Para mí, es un punto medular que a partir de ahora deben abolirse todas las leyes que están vigentes y que de una forma u otra permiten al régimen llevar a la cárcel a personas sólo por opinar públicamente y pensar diferente”, opina el sicólogo y periodista libre.

De momento, la vida de Fariñas vuelve a la normalidad. Bajo una estricta dieta ya ingiere carnes, viandas y frutas en forma de papilla. Pesa actualmente 74 kilos, pero un trombo ubicado muy cerca de las arterias del corazón sigue preocupando a los médicos.

“La atención de los galenos durante mi estancia en el hospital fue más allá de la profesionalidad. A pesar de las diferencias ideológicas, se creó una familiaridad que supera el trato paciente-doctor. Sentían respeto hacia mi persona. Incluso cuando me dieron el acta médica, hicieron una pequeña fiesta de despedida, sin alcohol por supuesto”, bromea Fariñas.

El proceso de recuperación puede demorar cuatro meses. Fariñas se siente ansioso. Los galenos le sugirieron que no debe realizar viajes largos. Piensa escribir un par de libros. Y seguir al frente de su agencia de prensa Cubanacán Press.

Uno de sus deseos es comer pollo frito inundado de patatas. “Todavía no puedo ingerir alimentos fritos”, y añade que “agradece el apoyo de personas que en cualquier parte del mundo se solidarizaron con su causa. También comprendo a quienes no apoyan las huelgas de hambre como medio de presión”, señala el ‘Coco’.

Fariñas no está  del todo complacido con la gestión del Ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. “Creo que se pudo dar una información más detallada y un mejor asesoramiento jurídico a las familias de los presos enviados a España.Todo fue a la carrera y a un segundo plano se relegaron detalles importantes y necesarios. Algunos de mis hermanos de causa ahora en España, están disgustados con el trato recibido. A la larga, las cosas tomarán su cauce. Confiemos», dice Fariñas.

Alicia, su madre de 74 años y un pariente, lo ayudan a levantarse de su silla de ruedas para que ingiera alimentos. Antes de marcharme le pregunto: ¿Guillermo podemos decir que ésta será tu última huelga de hambre? “No, si continúan la violaciones de los derechos individuales, siempre estará abierta la puerta para una nueva huelga de hambre. Ésa es mi arma. Y con ella disparo”.

Iván García

Foto: EPA

Salir de la versión móvil