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‘Corredor de casas’, un negocio muy lucrativo en La Habana

Genovevo, 58 años, dos veces ha visitado la cárcel y en tres ocasiones ha sido procesado por peligrosidad delictiva. Es   ‘corredor de casas’, como en Cuba llaman a quienes por debajo del tapete se dedican a tramitar permutas, compras o ventas de casas. Un negocio donde no hay quien le haga un cuento.

“La adquisición o venta de casas era algo prohibido por las leyes nacionales. La gente con dinero en la isla o los extranjeros casados con cubanas hacen lo posible por comprarse una casa. Es cuando yo aparezco. Tengo buenos contactos en el Instituto de la Vivienda, el más corrupto de los organismos, y gestiono todo el papeleo legal. Además, soy un tipo de fiar”, dice Genovevo.

El problema de la vivienda en Cuba es tan viejo como la revolución. Y complejo. Hasta el mes de junio, las empresas estatales sólo habían terminado 8.831 de las 23.394 casas que se habían comprometido a construir en 2011. Los constructores privados habían terminado 3.206 de las 19.606 previstas para este año. A ello se añade que de los materiales de construcción destinados a la población, para reparar o ampliar sus hogares, en el primer semestre solamente se había comercializado el 15.6%.

Es cierto que el 85 % de los ciudadanos son propietarios de sus casas. Pero el Estado les prohíbe venderlas. Y en caso de salida legal del país, si en el título de propiedad no aparece registrado un familiar que desde hace años conviviera bajo el mismo techo, el gobierno la sella y se queda con la morada.

Así ha venido sucediendo hasta ahora. El General Raúl Castro ha prometido que las cosas van a cambiar. En el VI Congreso del Partido Comunista, celebrado en abril de 2011, se autorizó la compra y venta de casas. Igualmente se piensa abolir una serie de trámites burocráticos referentes a las permutas.

Pero en Cuba todo marcha a paso de tortuga. Y, aunque muchos ciudadanos están deseosos de vender o comprar una casa, los funcionarios dicen que todavía no se ha dado luz verde.

Luisa, 34 años, casada con un italiano ya tiene todo arreglado para adquirir una residencia. Está esperando el permiso del gobierno. “Me han dicho que en julio, cuando se celebren las sesiones del parlamento, se ratificarán dichas medidas. Mientras, no se puede comprar ni vender casas”, señala en las inmediaciones del Instituto de la Vivienda.

Pero tipos como Genovevo no se frenan por prohibiciones gubernamentales. “Ahora es cuando más trabajo tengo. El mercado habitacional anda muy movido. La gente sabe que cuando se legalice la compra-venta, los precios pudieran duplicarse. Si hoy un apartamento vale 15 mil dólares, al día siguiente costará 30 mil. Una mansión igual: si ahora cuesta 40 mil, no dudo que alcance los 80 o 90 mil dólares”, asegura.

Atrás no se quedan los autos. En estos momentos, en La Habana un coche con 60 años de fabricación y en buen estado de conservación, cuesta más caro que un apartamento. Según los ‘corredores’ de viviendas, esa tendencia se va revertir.

“Creo que en ningún lugar del mundo un carro vale más que una casa. Pero Cuba es un país extraño, donde lo anormal es normal y viceversa. Quienes desean comprar casas están desesperados. Saben que las propiedades van a encarecerse, lo mismo que los terrenos”, aclara Susana, experta ‘corredora’.

Permutar también es complicado en la isla. Debido a un grupo de regulaciones absurdas, el propietario tiene que atestiguar o justificar, por qué, por ejemplo, desea cambiar un apartamento de tres cuartos por una casa con garaje y cinco habitaciones. Los funcionarios estatales, malandrines de marca mayor, se huelen que hay dinero por debajo de la mesa y comienzan a asediar o entorpecer la permuta, en busca de una tajada.

“En Cuba, cuando una familia permuta su casa por una mejor,  con más metros cuadrados, siempre hay dinero por medio. Si no ‘cuadran la caja’ con inspectores del Instituto de la Vivienda, la permuta no procede. Te lo dice alguien que ha hecho bastante  dinero en este negocio”, señala Esther, ex funcionaria, que gracias a su cargo pudo hacerse de dólares suficientes para conseguir una buena residencia y un buen auto.

Los ‘corredores’ de permutas y casas suelen cobrar el 10% del dinero que se mueva en una gestión. A veces más. Genovevo, un as del giro, ha cerrado negocios con ganancias de hasta 10 mil dólares. Y aunque lo han pillado dos veces infringiendo leyes y lo han puesto tras las rejas, el dinero y sus influencias le han valido para salir en  libertad condicional antes de un año.

Hoy vive en un piso bien amueblado, con un enorme televisor de plasma de 52 pulgadas en la sala. A sus tres hijos les ha conseguido buenas casas. Tiene dinero para ciertos lujos. “Nada del otro mundo. Comer mariscos en el barrio chino y ocasionalmente acostarme con una puta. Lo que más me gusta es salir a pescar los fines de semana. Y la única manera para  conseguir dinero es siendo ‘corredor de casas’, un trabajo donde me siento realizado”, subraya mientras bebe jugo de mango.

Y si en el negocio Genoveno no va a ganar un mínimo de 2 o 3 mil dólares, por favor no lo molesten.

Iván García

Foto: Ketari. Un tramo del Paseo del Prado, en el corazón de La Habana, se ha convertido en punto de encuentro de ‘corredores de casas’ y de personas que desean permutar su vivienda. Al no existir una oficina legal para esos trámites, la gente lo hace por su cuenta, rústicamente, valiéndose de libretas con anotaciones a mano o pegando en los árboles hojas con propuestas de permutas, como se ve en la foto (TQ).

Leer también: Cubanos de Miami buscan propiedades en la isla.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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