Aunque prácticamente es un desconocido en Cuba, el actor español Willy Toledo al menos, parafraseando a uno de sus íconos el argentino Che Guevara, intenta poner el pellejo y demostrar sus verdades.
En el canal chavista Telesur, Toledo declaró su intención de residir a tiempo completo en Cuba. Guillermo Toledo Monsalve, su nombre completo, es un madrileño nacido el 22 de mayo de 1970.
Hijo de José Toledo, un prestigioso cirujano, José Toledo, pionero de la cirugía toráxica en España, Willy, creció sin libreta de racionamiento, cortes de luz ni escasez de agua potable. Además de actor, es productor de teatro y activista político de izquierda.
Por su actuación en el serial 7 Vidas, obtuvo un Goya, premio español equivalente a un Oscar. Tras la muerte del disidente cubano Orlando Zapata Tamayo, el 23 de febrero de 2010, Toledo declaró que éste era “un delincuente común, ni siquiera fue un disidente político”, coincidiendo con la reacción oficial del régimen de los Castro.
El actor es un ferviente simpatizante de la revolución cubana, el chavismo venezolano y los indignados del 15-M en su país. Contrario a sus camaradas de viaje, que apoyan desde Europa o Estados Unidos a la autocracia verde olivo, residiendo en buenas casas, conduciendo coches del año y con un ancho de banda apreciable en internet, Willy decidió radicarse definitivamente en Cuba.
Quizás lo haga huyendo de la crisis económica que asola España. O tal vez venga a vivir al ‘paraíso caribeño de obreros y campesinos’ por pura conciencia política.
Ese tipo de gente me gusta. Es bastante cómodo apoyar una causa a miles de kilómetros de distancia, alojados en hoteles cinco estrellas. Mejor es estar en lo caliente.
Pero tengo mis dudas de cómo vivirá Willy Toledo en Cuba. Si viene a radicarse en una casa de visita en el suntuoso barrio del Laguito, administrado por el Consejo de Estado, o pagando de su bolsillo un apartamento dúplex exclusivo para extranjeros.
Toledo se ganaría el respeto de mucha gente progresista y acomodada, si una vez radicado en la isla se fuera a vivir a un barrio humilde. En La Habana hay más de sesenta.
Ya me lo imagino. Cargando cubos de agua en el marginal barrio de Colón, teniendo de vecinos a una jinetera, un vendedor de marihuana, un desempleado y un recogedor de la ‘bolita’, la lotería ilegal.
Y si de verdad es un comunista a prueba de bombas atómicas, prefiera radicarse en un ‘llega y pon’, con casuchas de cartón y aluminio. En esos barrios insalubres no hay luz eléctrica ni servicios sanitarios. Se come poco y mal y se bebe demasiado alcohol destilado.
Si viene a trabajar y ganar un sueldo en pesos cubanos, sin recurrir al mercado negro, tomando ómnibus urbanos y taxis particulares, y alimentándose de la libreta de racionamiento, como cualquier cubano, entonces se podría afirmar que Willy Toledo predica con el ejemplo.
Lo que me defraudaría es que un izquierdista ande por las alturas. Alojándose en casas especiales cuando viaje al interior. Recibiendo una canasta de exquisiteces similares a las que otorga el Consejo de Estado a generales y ministros.
Me decepcionaría si este rojillo europeo residiera en un chalet de la antigua burguesía criolla, climatizados y remodelados por el gobierno, con piscina y vigilancia privada.
No me gustaría ver a Willy Toledo conduciendo un Audi o un Mercedes Benz de la flota utilizada para los visitantes de Castro. O atendiéndose en la clínica CIMEQ, con los últimos avances de la ciencia médica.
Desilusionaría que una persona que en una premiación de los Goya se apareció luciendo una camiseta con el rostro de Ho Chi Minh, anduviera de movidas nocturnas en el remozado bar Sloppys Joe’s, tomando tragos en moneda dura y rodeado de mulatas.
O cenando con la crema y nata de la ‘aristocracia castrista’ en restaurantes y paladares caros. Se supone que en nada se parezca a Beyoncé y su marido Jay-Z: él se declara anticapitalista y dice promulgar otros valores.
Si Willy Toledo viene a conocer de primera mano la experiencia real del socialismo de Fidel Castro entre la gente de a pie, entonces bienvenido a La Habana.
Iván García
Foto: Tomada de Willy Toledo monta una algarada en un vuelo de Ryanair.