El pasado 8 de agosto falleció, a los 89 años, Johanna Hofer, Hannali, como su familiares y amistades le decían. Era una de las hermanas de nuestra amiga Rosmarie Hofer, perteneciente a una familia oriunda de Neudorf, localidad a unos 30 minutos en auto del centro de Lucerna, cantón de la Suiza de habla alemana.
A partir de 2005, una o dos veces al año visitamos a Hannali en su apartamento de Neudorf. En ocasiones mi hija Tamila, mi nieta Yania y yo almorzamos con ella y Rosmarie, otras tomamos té o café y en diciembre disfrutábamos del árbol navideño colocado en una esquina de la sala-comedor. Cuando los problemas de salud de Hannali se agravaron y no podía caminar, en 2013 pasó a vivir en la residencia Bärgmättli, en Beromünster, donde además de cuidados médicos especiales, hasta el último minuto fue atendida con gran dedicación y cariño por su hermana Rosmarie. Ya en la residencia la seguimos visitando.
Alta, de cabello castaño oscuro y ojos verdes claros, desde joven Hannali fue una mujer muy trabajadora, lo mismo en las labores del campo que en las faenas domésticas. No se casó ni tuvo hijos, pero cuidó a a niños de su propia familia o de otras. Cuando sus hermanos se casaron, ella se quedó en el hogar común, atendiendo a sus padres hasta el final de sus días.
El sábado 31 de agosto tuvo lugar el funeral en la Iglesia de Neudorf. Después sus cenizas fueron depositadas en el panteón familiar del cementerio, al lado de la iglesia. Posteriormente, como es costumbre en Suiza y Estados Unidos, entre otros países, familiares y allegados recordaron a Hannali durante un almuerzo celebrado en el restaurante del hotel Roten Löwen, en Hildisrieden, cercano a Neudorf.
Ruhe in Frieden, liebe Hannali!
Wir werden Sie vermissen!
Tania Quintero
Foto que el domingo 11 de octubre de 2015 nos tiró Rosmarie cuando fuimos a visitar a Hannali y luego de un rato en su habitación, bajamos a la cafetería de la residencia de Bärgmättli en Beromünster. Sentada a la izquierda, Hannali, a su lado mi nieta Yania Betancourt García. De pie, a la izquierda, mi hija Tamila García Quintero, y yo a la derecha.