No hay día que un cubano, de adentro o de afuera, no circule un email con alguna historia inventada. Hace unos meses, decían que entre los constructores de la Torre Eiffel, en París, hubo un cubano. Muchos se tragaron el millo. Porque la mayoría de la gente no se toma el trabajo de averiguar, hace clic y lo reenvían, llenando la red con informaciones falsas y correos-basura.
Poco después, circularon que en un restaurante del Barrio Chino de La Habana servían ratones por pollo. Le pedí a una persona residente en la capital que me lo verificara y la respuesta fue que era una gran mentira. Posteriormente supe que las fotos fueron tomadas de Google, probablemente algunas de China, donde ya se sabe que comen toda clase de animales.
Ahora lo último es que Elio Gutiérrez, un supuesto chef de cocina, supuestamente nacido en Pinar del Río, trabaja como cocinero en el Palacio de Buckingham, residencia oficial de la Reina Isabel II y la Familia Real británica. El martes 7 de junio, seis personas me reenviaron la misma historia, por eso decidí escribir esta nota.
Según ese correo, acompañado de una foto del supuesto chef, a la Reina supuestamente él le prepararía tostones o chatinos, como también se le dice en la isla (en Colombia y Costa Rica, entre otros países, les llaman ‘patacones’). El supuesto chef pinareño no hace los tostones con plátano verde macho (que en Europa se consigue, importado de naciones latinoamericanas), y es lo tradicional en la cocina cubana, si no con «fongo», que es como los orientales en Cuba le dicen al plátano burro.
Para hacer más truculenta la historia, a la Reina le gustarían rellenos de camarones al ajillo (he visto en internet que los tostones se pueden rellenar, pero no es costumbre en Cuba, y menos con camarones, un plato de dioses en la isla de los Castro). Según ese correo, a la monarca le gustaría también la sopa de malanga, sin aclarar si con pollo o carne de res. Su hijo, el príncipe Carlos, sería fan de los plátanos en tentación (plátanos bien maduros asados con mantequilla y azúcar prieta) y del congrí (o moros y cristianos, váyase a saber) con chicharrones (evidentemente, no tiene problemas de colesterol).
Camila, su mujer, preferiría el arroz con pollo, me imagino que con todos los hierros, o sea, con pimientos morrones y cerveza (inglesa, de mejor calidad que la cubana). Los príncipes William y Harry, los nietos de la Reina, hijos de Diana, serían muy dulceros. Y nada más y nada menos les prepararía… boniatillo y buñuelos a la pinareña! Y como Catherine Middleton no es de sangre azul y ha vivido más a pie de calle, ¿por qué no decir que a ella le gustan los chícharos cocinados con cuadritos de bacon y las croquetas de ‘averigua’?
Dos platos que el supuesto chef Gutiérrez debe desconocer porque si damos crédito a ese texto, se fue de Cuba por el Mariel, a la edad de 5 años. O sea, no vivió el ‘período especial en tiempos de paz’ (1990-2000, aunque todavía pica y se extiende), cuando los cubanos por desayuno tomábamos cocimientos de hojas de naranja (a más de uno provocó desmayos, por bajones de presión) y con buena suerte nos empatábamos con una ración de arroz con sardinas, luego de varias horas de cola en un centro de elaboración municipal. Lo sé porque lo viví. Y como fueron años tan rrequeteduros, lo conté en Cubanos en Período Especial.
Puse en Google «Elio Gutiérrez, cocinero cubano» y me salieron varios sitios cubanos, en la isla y en el exterior. Y como ya sé que en Cuba algunos de los que tienen acceso a Intranet «aprovechan» para mandar a sus compatriotas toda clase de historias, eso de los tostones me huele a queso.
Dentro de esa colección de fábulas, podríamos situar la de las clarias, aunque lo de estos feos y desagradables peces es real. Por esos días el tema estuvo de moda e Iván escribió sobre el dilema del pez-gato.
También es cierto que el chef preferido de Jennifer López es un cubano; que una de las mejores dulcerías de Los Angeles es propiedad de una familia cubana; que la exclusiva marca de camisas Ike Behar es de origen cubano y que el vestido estrenado por Michelle Obama en la toma de posesión en enero de 2008, lo diseñó la cubana Isabel Toledo.
Un gran número de cubanas y cubanos diseminados por todo el mundo son hoy exitosos empresarios, en los más diversos negocios. En el futuro, cuando los hijos y nietos de los actuales exiliados terminen sus carreras, habrá más cubanos de éxito, en Estados Unidos y Europa. Cada vez que me entero de una historia verdadera, la reproduzo en mi blog.
Finalmente, si fuera verdad que entre el séquito de cocineros, en el Palacio de Buckingham hay un chef cubano, ya el Servicio Latinoamericano de la BBC lo hubiera publicado. Lo que sí es verdad que uno de estos cocineros es suizo, se llama Anton Mosimann.
Cuando reciban este tipo de emails, después que lo lean y antes de reenviarlo a diestra y siniestra, tómense el trabajo de poner nombres o datos en esa biblia digital y gratuita que es Google.
No se dejen pasar gato por liebre!
Me despido con una anécdota verídica relacionada con la Reina Isabel, publicada en 2009 en mi blog. Se titula Una foto y un danzón.
Tania Quintero
Foto: Tostones con mojo verde, preparado con 4 dientes de ajo, cilantro fresco picado, media taza de aceite de oliva y sal a gusto. Tomado del blog de Matt Bittes.
Postdata.- El 9 de junio en Café Fuerte, la periodista Ivette Leyva Martínez publicó Historia del chef cubano en el Palacio de Buckingham es apócrifa. Cuando Mari Rodríguez Ichaso, periodista y cineasta cubana residente en Nueva York lo leyó, le envió un correo electrónico, que con su permiso reproduzco:
Hola Ivette, me alegro que hayas escrito lo del chef cubano y la historia apócrifa. Supe inmediatamente recibi el email que era una mentira -e investigué al instante que era un invento, llamando a mis contactos en Londres, además que nunca ha existido el restaurante Great Expectations en Londres, ni un aristócrata con ese título.
Lo más peligroso en todo esto es la rapidez con que los falsos emails inundaron Internet -y los miles de personas que lo creyeron todo y a su vez siguieron enviando más emails con la informacion falsa. Así se diseminan las mentiras, sin fact-checks. En este caso fue de algo inofensivo, pero igualmente ocurre con cosas importantes y se corren ‘bolas’ que terminan perjudicando nuestra credibilidad.
Que manera de hablar morronga. En la mayoría de restaurantes criollos de cuba, venden tostones rellenos.