El miércoles 15 de mayo, un dólar costaba 400 pesos en el mercado cambiario informal. El jueves 17, el billete verde se cotizaba a 380 pesos y los compradores habituales les explicaban a sus clientes que no estaban adquiriendo dólares o euros, a la espera que se estabilizaran los precios. Dos semanas después, el dólar repuntó y comenzó a cotizarse a 390 pesos. Cinco días más tarde, volvió a depreciarse. El domingo 16 de junio el dólar se tasaba a 350 pesos y el miércoles 19 a 360.
En un mes, el billete verde del ‘enemigo número uno’ de los hermanos Castro, cayó 120 pesos. Luego se reevaluó 110 pesos y de nuevo ha caído entre 50 y 40 pesos. ¿Qué ha pasado?, se pregunta la gente de a pie en La Habana.
Los economistas señalan que no crecen los rubros productivos y no existe la oferta de bienes y servicios requerida. En una nación donde el régimen controla con puño de hierro la información, y cualquier estadística es un secreto de Estado, es difícil precisar si la caída de la moneda estadounidense fue debido a un aumento en la afluencia de turistas o una mayor entrada de remesas.
Western Union había reiniciado sus operaciones en Cuba en el mes mayo. Pero un funcionario asociado a esa compañía, revela que “después de la pandemia y la desaparición del CUC (peso convertible), los envíos de remesas han descendido entre un 30 y 40 por ciento en comparación con el año 2018. Si cotejamos las cifras con 2014 o 2015, la caída supera el 50 por ciento».
Las causas son diversas. En la última década, del país se han marchado alrededor de 700 mil cubanos. Analistas coinciden que con la agudización de la crisis económica, política y social, numerosas familiares, en vez de seguir enviándole dólares a sus parientes en la Isla, han preferido asumir los gastos para que éstos puedan largarse del manicomio comunista. Otra teoría sostiene que, debido al déficit de alimentos, muchos cubanos radicados en el exterior, en vez de enviar dinero, prefieren mandar paquetes de comida a través de agencias y mercados de comercio electrónico tutelados por testaferros cercanos a pesos pesados del régimen, quienes lucran con las penurias de sus compatriotas.
Según algunos economistas, entre el descenso del turismo, la caída de la exportación de servicios médicos y las remesas, la dictadura verde olivo dejó de ingresar anualmente alrededor de 7 mil millones de dólares, cifra que se ha ido acrecentando por la debacle productiva en el sector agrícola, industrial y minero. El tiro de gracia a la devaluación de la moneda nacional y la escalada inflacionaria fue propiciado por la errática implementación, en enero de 2021, de la Tarea Ordenamiento, una supuesta reforma monetaria que acabó por hundir al peso y en los últimos tres años, empobrecer al 88 por ciento de la población.
Gustavo, economista, considera que “la subida del dólar era una jugada cantada. Los culpables son varios y van desde el modelo económico que no funciona hasta la descapitalización industrial y las erradas políticas de las autoridades, como la de anclar el peso a un valor ficticio. La caída del nivel de vida de los trabajadores ha sido brutal. Cuando comenzó la Tarea Ordenamiento un dólar se cotizaba en el mercado informal a 40 pesos. Un ingeniero, por ejemplo, ganaba un salario de 8 mil pesos, que en esa fecha representaban 200 dólares. Ahora ese salario, comparado con el actual valor de dólar de 360 pesos, serían unos 22 dólares. A ello se añade la inflación que ha crecido tres dígitos y los precios de alimentos y medicamentos que suben de precio cada mes. En el contexto actual, no hay argumentos económicos que expliquen esa súbita depreciación de las divisas. Es una burbuja especulativa”.
¿Quién pudiera estar detrás de esa cruzada y cuáles podrían ser los motivos? La respuesta del economista es tajante: “El gobierno y los dueños de MIPYMES, que se han aliados por intereses meramente lucrativos, no de amor al prójimo. Con un dólar que en los últimos cuatro meses había escalado 135 pesos, obligaba a los emprendedores a subir los precios cada vez que compraban divisas en la calle para reaprovisionar sus negocios. Aunque hay otros factores importantes».
En su opinión, «para frenar el déficit presupuestario, el gobierno aumentó los impuestos, el precio del combustible y la electricidad. También subió los aranceles de importación de productos terminados a las MIPYMES en un 50 por ciento. La bancarización forzosa provocó un corralito financiero en los negocios privados, cuando el gobierno reguló las ventas en 80 mil pesos diarios y 120 mil pesos mensuales. Cualquier bodegón de barrio vende de 200 mil a 300 mil pesos diarios. Esa regulación ocasionó que la mayoría de los emprendedores decidieran no guardar el dinero en los bancos del Estado porque no confían en el sistema financiero”.
El economista concluye afirmando que «la solución pasa por instaurar un mercado cambiario legal donde el peso flote acorde a la cotización del momento. Mientras los emprendedores tengan que estar haciendo subterfugios para sacar adelante sus negocios, el dólar seguirá encareciéndose, al no vislumbrarse señales de una recuperación económica a corto plazo”.
En la última semana realicé una investigación por WhatsApp y Telegram en cuatro sitios de compra y venta de divisas. Cuando la publicación independiente El Toque valoraba el dólar en 390 pesos y según sus predicciones subiría a 420 pesos en los próximos días, el sitio Casa de Cambio Habana publicó una avalancha de chats de supuestas personas que vendían cantidades de divisas, entre dos mil y diez mil dólares, a 320 y 330 pesos.
Les escribí a los aparentes vendedores diciéndoles que tenía interés en vender dólares. Ninguno contestó. Llamé a cuatro y en tres de ellos el teléfono notificaba que estaba apagado o fuera del área de cobertura. El único que respondió, con el seudónimo de Playing, me dijo que ya los había vendido.
Darién, estudiante de informática, cuenta que “en una reunión con directivos de su escuela y funcionarios del partido provincial, se nos orientó publicar cientos de chats vendiendo o comprando divisas, preferentemente dólares, a 80 o 100 pesos por debajo del precio de El Toque. Incluso se falsificó la página del sitio con precios en tiempo real muy inferiores. Las razones que alegaron para poner en marcha ese operativo, es que se intenta contrarrestar una ‘campaña del imperialismo’ y que El Toque busca dañar la economía, provocar descontento en la población y proteste públicamente. Cuando uno de los alumnos preguntó en qué se beneficiaban los trabajadores con esa jugada, el funcionario balbuceó dos o tres consigna y no dio explicaciones”.
A Mirta, ama de casa, sus hijos mensualmente le envían 200 o 300 dólares. «Les he dicho que no me los manden por Western Union, pues te los dan en MLC, y en esas tiendas del Estado, además de desabastecidas, los precios son un atraco. Es preferible vender los dólares en efectivo por la calle y comprar en los bodegones de las MIPYMES donde el dinero rinde más. Cuando el dólar bajó, no vendí ninguno. Sabía que iba a volver a subir, porque en un país donde la ristra de ajo cuesta 3 mil pesos y 1,200 pesos una libra de carne de puerco, es imposible que el dólar se devalúe y los precios de la comida sigan por las nubes. A la cara se ve que se han puestos de acuerdo los traficantes de divisas, los gobernantes y los dueños de negocios para intentar que el dólar baje”.
Mayara, pediatra, piensa que “en esa batalla para que el dólar se abarate, salen beneficiados los del gobierno y los que tienen negocios. El que recibe remesas se afecta, pues todo le cuesta más caro. Pero a la mayoría de cubanos que solo vemos los dólares en películas nos da igual. Ni aunque el dólar se ponga a 100 pesos podré comprar carne de res”.
Yosvany, dueño de una pizzería, confirma que “tipos de las MIPYMES querían cuadrar para que cuentapropistas compráramos el dólar a un tope de 300 pesos. Un socio mio, que alardea de tener ‘conecto’ con mayimbes (altos cargos), me comentó que en el mes de julio l gobierno iba a cotizar el dólar a 250 pesos. Y por eso hacía falta ‘aunar esfuerzos para que el dólar bajara’, así mismo, con ese lenguaje cheo, me lo dijo. Gracias al cachumbambé del dólar, conozco personas que han ganado millones de pesos: vendieron caro, compraron barato y volvieron a vender caro para ahora comprar a precios rebajados. Ese sube y baja del dólar no es ninguna campaña del enemigo. Son ellos mismos, fajados por atrapar la mayor cantidad de dólares que circula en la calle fuera de su control”.
Ante la incertidumbre con la fluctuación de las divisas, algunos dueños de negocios han optado por vender exclusivamente en dólares. Los cubanos que no reciben dólares, que son la mayoría, seguirán viendo el espectáculo desde la otra acera.
Iván García
Foto: Tomada de El Toque.