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A propósito de los cien años de la Sonora Matancera

A propósito de los cien años de la Sonora Matancera

El 15 de julio de 1960, la Sonora Matancera, salía del aeropuerto de La Habana rumbo a México. Los integrantes de la orquesta fundada en Matanzas el 14 de enero 1924, pensaban que viajaban a cumplir un nuevo contrato en el país donde ya en otras ocasiones habían actuado y tenían muchos seguidores. El director, Rogelio Martínez, no les dijo que era un viaje sin regreso. Nunca más, ni él ni los músicos, regresaron a Cuba.

Ante la encrucijada de convertirse en una agrupación controlada por el llamado Gobierno Revolucionario y no poder seguir siendo la orquesta libre y competitiva que hasta ese momento habían sido, Martínez decidió que la Sonora Matancera se marchara antes de que las cosas se pusieran peor en una isla dirigida por unos barbudos que ya en 1960 habían encarcelado y fusilados a unos cuantos cubanos tildados de ‘contrarrevolucionarios’.

De haberse quedado en Cuba, la Sonora Matancera no solo hubiera sido una orquesta más, si no sus músicos hubieran tenido que evaluarse anualmente y sus sueldos regulados por tarifas, según el número de actuaciones. Sus miembros obligados a ser milicianos, pertenecer a un sindicato único, ir a trabajos voluntarios, hacer guardia en su centro laboral y en el CDR, informar al ‘seguroso’ que los atendiera y delatar a familiares, compañeros y amigos.

Si cumplían los planes mensuales de la empresa, a lo mejor los ‘estimulaban’ con un viaje a la Unión Soviética, Bulgaria, Checoslovaquia o Polonia. Y los ‘destacados’ tendrían derecho a solicitar un televisor o un ventilador ruso o una semana en una de las casas que el Plan CTC tenía en la playa de Guanabo.

De los grandes músicos que se quedaron en Cuba (Sindo Garay, Miguel Matamoros, María Teresa Vera y Bola de Nieve, entre otros), por su edad o por su salud, no ‘disfrutaron’ demasiado del ‘paraíso socialista’. Más de uno fue olvidado y murió pobre y alcoholizado, como Carlos Embale, en 1997. Otros se ganaron la lotería: ya en la tercera edad, Compay Segundo, Omara Portuondo, Rubén González, Ibrahim Ferrer y Pío Leyva, fueron descubiertos por el guitarrista californiano Ry Cooder. Había nacido el Buena Vista Social Club.

En una entrevista titulada Dos destinos: Tania Quintero e Ibrahim Ferrer, realizada por el periodista suizo Ruedi Leuthold y publicada en 1999 en la revista Encuentro de la Cultura Cubana, se cuenta la siguiente anécdota:

-Si alguien hacía una pregunta política, sobre Fidel Castro, el socialismo o el embargo americano, entonces Ibrahim tosía y decía: «¿Qué? ¿Qué ha dicho?» y llamaba a su sobrino. El sobrino venía, se reía y suspiraba: «Ay, el viejo, ya no las tiene todas consigo, a sus 72 añitos, ni siquiera oye bien», con lo que la cosa quedaba resuelta. Pero ahora la historia era cómo Juan de Marcos llegó y le dijo a Ferrer: «Está aquí ese americano, Ry Cooder».

-Yo no tenía ni idea de quién era ese tipo que quería grabar un poquito con algunos músicos viejos, porque unos africanos que tenían que haber venido a La Habana se habían quedado colgados en París y ya estaba alquilado el estudio. Yo digo: «No, no quiero, ya hace mucho que estoy fuera», y Juan de Marcos me dice: «Ibrahim, hay cincuenta fulas, cincuenta dólares». Presto atención y digo: «¿Por qué no lo has dicho antes?».

-Chico, eso era mi pensión de seis meses. Así que voy al estudio, tarareo una cosita, también está allí el pianista Rubén González, Compay Segundo y Omara Portuondo. Lo que cantamos gusta, y al parecer gente desconocida en continentes lejanos compra como loca la música, y unos meses después llega uno y me dice: «Necesito tu firma, vamos a hacerte un pasaporte». Y desde entonces he viajado a 57 países con la orquesta, he cantado en el Carnegie Hall de Nueva York y el Olympia de París. ¿No es un cuento de hadas?». (Ibrahim Ferrer murió en La Habana el 6 de agosto de 2005).

Por supuesto, desde el mismo 1959, el régimen contó con un piquete de artistas y músicos incondicionales, unos más brillantes que otros. No los critico, cada persona aplaude y sigue a la gente de su preferencia. Lo triste y doloroso es que con el pretexto de la construcción de una sociedad perfecta, donde se formaría un ‘hombre nuevo’ y el dinero dejaría de existir, en Cuba se han violado los derechos humanos y las libertades de expresión, información y asociación. Y se trató de anular la creatividad individual.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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