El olor de la carne de cerdo asada llega hasta la sala, donde Alejandro y sus dos hijos ven un filme producido en Hollywood. Mientras, la madre y la esposa de Alejandro vierten jugo de naranja agria sobre la carne y les piden paciencia a los muchachos. Pasada las diez cenaron y todos se sentaron a ver la tele. A las doce de la noche, cuando los vecinos comenzaron a gritar, Alejandro y su familia salieron a la calle con cuatro maletas y dieron una vuelta a la manzana. Un ritual que 31 de diciembre entre los cubanos que desean emigrar o, al menos, escapar un tiempo del ineficiente socialismo tropical.
Ya en la casa, desde el balcón tiraron varios cubos de agua, para espantar la mala suerte. Al día siguiente, por el inicio del Día Cero decretado por la autocracia verde olivo, Alejandro dio un recorrido por el barrio, a ver los nuevos precios en el agromercado y centros gastronómicos estatales. “Lo que viene es candela. El fin de semana en el agro solo había tres productos. La guagua costaba 0.40 centavos y subió a 2 pesos. El cucurucho de maní de un peso subió a 3, el granizado de 5 pesos a 10 y un pan con perro caliente, de 10 a 16 pesos”, comenta Alejandro.
Las dos últimas semanas fueron de infarto. La familia de Alejandro se sentó a la mesa y trazó un exhaustivo plan de ahorro. La propuesta fue poner los tres aires acondicionados solo cuatro horas en la noche, cocinar todo lo que se pueda con gas de la calle, encender uno solo de los tres televisores de la casa. A pesar de las modificaciones que realizó el régimen al tarifazo eléctrico el lunes 28 de diciembre, al ser un hogar que suele consumir 800 KW al mes, si no ahorran, la nueva factura eléctrica podría rondar los 8 mil pesos mensuales.
“Es una locura. Como contable de una empresa ganaré un salario de 4 mil pesos y pico. Mi esposa es oficinista y un poco más de 3 mil pesos. La pensión de mi madre, de 280 pesos, ahora es de 1,070. Unos 9 mil pesos en total. Si no ahorramos en electricidad, el 90 por ciento de ese dinero se va en pagar la luz. Ya ni siquiera en comer, que es el gran problema en Cuba”, asegura Alejandro.
Gracias a familiares que residen en Miami, han podido reparar la casa, tener electrodomésticos modernos y regularmente recibir 200 dólares, que los destinan a comprar comida. “Es un abuso del gobierno subir los precios a ese extremo. Están exprimiendo el bolsillo de los trabajadores. La subida salarial ni se notará. Descaradamente quieren que los cubanos que viven afuera sufraguen su ineficiencia económica”, dice la madre de Alejandro.
Desde el mismo 1 de enero de 2021, los cubanos comenzaron a calentar las redes sociales. No son opositores, ni activistas de derechos humanos ni periodistas independientes. Son simples ciudadanos molestos por la mala administración del país. Llamémosle Dariel, un habanero que ha creado grupos en Facebook y WhatsApp para saber que están vendiendo en las tiendas MLC o a cuánto se está cotizando el dólar estadounidense en Cuba.
“En el último mes, casi todos los comentarios son criticando las tiendas en divisas y la»tarea ordenamiento» que yo llamaría desordenamiento. Una abrumadora mayoría de manera abierta se queja del gobierno. Hay quienes piden hacer huelgas, otros exigen que los gobernantes renuncien. El tarifazo eléctrico desencadenó un enorme descontento en toda la isla. Dijeron que iban a reducirla, pero la factura de la electricidad sigue siendo muy alta. El gobierno se está burlando del pueblo», afirma Dariel.
Carlos, sociólogo, considera que las redes sociales se han convertido en una auténtica válvula de escape para la población. “Ciudadanos comunes suben videos de violencia policial, broncas en las colas, precios exagerados por parte de centros gastronómicos del Estado y se quejan o se burlan de los gobernantes. Eso no lo puede parar nadie. El ordenamiento monetario fue la tapa al pomo del descontento popular. En Cuba los salarios nunca alcanzaron, prácticamente eran estipendios. Pero es una burla hablar de elevar los salarios tres veces y subir los precios cinco o seis veces. Un alto porcentaje de la ciudadanía se siente estafada por el gobierno”.
Ramiro, economista jubilado, cree que “más que una subida de salario, lo que ha pasado es que el gobierno ha decretado un reajuste de precios, intentando que sus empresas sean más competitivas. Es una desfachatez que el pueblo tenga que subsidiar de su bolsillo la ineficiencia del sistema”.
Además del tarifazo eléctrico, subida de precios a los alimentos, medicinas y trámites personales, un segmento considerable de cubanos de a pie continúa mostrando su descontento con las tiendas en dólares. Diario Las Américas conversó con veinte personas, diez hombres y diez mujeres. Los veinte coincidieron en que 2021 será peor en Cuba que 2020. Cuatro de las opiniones a continuación.
Una maestra dijo que “la gente tendrá los aires acondicionados de objeto museable. O seguirán cuadrando por la izquierda con los inspectores y cobradores de la luz para que le falsifiquen su factura eléctrica. ¿Tú crees realmente que el uno por ciento de los cubanos son los que consumen más de 700 KW? La cifra es más elevada, pero como la electricidad ya era bastante cara, se hacían (y seguirán haciendo) negocios por debajo de la mesa”.
Un obrero de la construcción piensa que «veremos a la gente desesperada comprando velas para alumbrarse y ahorrar electricidad. De lo contrario, que los cubanos nos pongamos de acuerdo y nadie pague la electricidad. Vamos a ver qué pasa, pero este año pinta feo”.
Por su parte un profesor de educación física se pregunta en qué nación del mundo “se cobra con una moneda y los artículos de primera necesidad se pagan con otra. ¿Qué pasaría si en Estados Unidos la gente cobrara en dólares y las tiendas vendieran en euros? Las protestas serían descomunales. Lo de este gobierno es un descaro y una muestra que este sistema no funciona. Aquí el que no tiene dólares vive en la indigencia. Ahora que se ganará un poco más, el dólar subirá considerablemente. En estos momentos está a 40 pesos, dentro de cinco o seis meses se cotizará a 60 o 70 pesos”.
Un cuentapropista vaticina que si los bancos estatales no venden divisas, “el dólar va a superar la barrera de los 100 pesos a la vuelta de un año y el peso (cup) seguirá devaluándose. Una libra de carne de puerco costará 120 pesos y una fruta bomba 100 pesos. Por mucho que el gobierno tope los precios, vigile y reprima a la gente, eso va a pasar. Porque en Cuba no hay suficiente producción de alimentos ni oferta de bienes y servicios que respalden el aumento salarial. El cup se convertirá en papel de colores con héroes impresos”.
Dieciocho de los veinte encuestados dijeron que 2021 será también un año para emigrar del manicomio. Cuanto más rápido, mejor.
Iván García
Foto: Cola en el Correo de 21 y 42, en el municipio habanero de Playa, para cambiar cuc (pesos convertibles) por cup (pesos cubanos). Tomada del Facebook de Iván Soca Pascual.