Dos aspectos ya están repercutiendo en la población desde el 1 de enero de 2011: los despidos masivos y la eliminación de productos de la libreta de racionamiento. En lo referido al racionamiento es de destacar el propósito esgrimido por el régimen de eliminar los llamados subsidios.
Un ejemplo es el precio de 3,50 pesos MN (moneda nacional) por libra, que se fijó a los chícharos (que en 2010 se sacaron de la libreta), equivalente a 360 dólares por tonelada, muy próximo a su precio actual en el mercado internacional, y que significa un incremento de casi 18 veces con respecto a los 20 centavos por libra a que se vendían por la cartilla de racionamiento.
Algo similar ha ocurrido con los artículos de higiene personal y limpieza recién liberados (jabones de tocador y lavar, crema dental y detergente líquido) que han tenido un incremento en su precio de entre 7 y 20 veces.
La falacia y la media verdad inspiran este proceder. Se pregona que el propósito es liberar al Estado de la carga que significa subsidiar esos productos y poner sus precios a tono con los costos internacionales. Pero no se dice que el pago por una hora de trabajo en Cuba es 100 veces menor que en los países de desarrollo medio y que la población subsidia al propio Estado, a través de los altos precios del resto de los productos liberados en MN y divisas.
Las actuales cuotas de productos alimenticios racionados que recibe un adulto al mes en La Habana (inferiores en muchos lugares del interior del país) son: 7 libras de arroz, 10 huevos, 10 onzas de frijoles, 4 libras de azúcar, media libra de aceite, un pan -que debiera tener 80 gramos-, aproximadamente media libra de pastas y alrededor de 3,5 libras de productos cárnicos (algunos ligados con otros materiales o simplemente de soya).
Todo ello suma un per cápita diario de nutrientes de 28,64 gramos de proteína, 199,49 gramos de carbohidratos, 12,73 gramos de grasas y 1,027,16 kilocalorías, en total. Con respecto al último dato informado en 2007 del consumo total de nutrientes per cápita diario, eso significa 9,6 días al mes de proteínas, 11,1 días de carbohidratos, 4,5 días de grasas y 9,4 días de kilocalorías.
Si esos productos se liberaran al precio del mercado internacional, incrementarían sus precios en no menos de 11,4 veces, lo que reduciría en unos 150 pesos más, los ya menguados ingresos personales, ello sin contar el incremento de los artículos de higiene y limpieza y otros como el cigarro, también eliminados del racionamiento.
Eso implicará, que en general, el consumo de nutrientes se reducirá notablemente por la imposibilidad de la mayoría de la población de acceder a ellos con los nuevos precios.
Hay otro problema adicional, que ya ocurrió al liberarse el chícharo y la papa, y es que solo están disponibles en determinados establecimientos y por poco tiempo, por lo que en la actualidad el grueso de la población carece de alimentos, lo cual hace temer que lo mismo suceda con otros productos que se vayan liberando, por lo limitado de las disponibilidades.
En todos esos casos, los que disfruten de los recursos monetarios correspondientes, podrían acudir a las Tiendas de Recaudación de Divisas (TRD), aunque éstas en la actualidad también tienen un deficiente abastecimiento.
Todo esto se suma al aumento en dos ocasiones en cinco años de las tarifas eléctricas, que pretende restringir el consumo de esa energía en los hogares, que se incrementó en un 28,3% de 2004 a 2009, motivado por la introducción de módulos de cocción eléctricos en correspondencia con la (genial) Revolución Energética que concibió el autor de todas las iniciativas en Cuba, Fidel Castro.
Por otra parte, hay un permanente, constante y generalizado acrecentamiento de los precios en las TRD (Tiendas de Recaudación de Divisas). Sin embargo, el salario medio solo subió en un 4,4 % en 2010 con relación a 2009.
El panorama se amplía con los 500 mil trabajadores que serán despedidos. De acuerdo a informaciones que se dieron en la última sesión del mes de diciembre de 2010, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, sus destinos serán:
-De 127 mil a 130 mil, se prevé que trabajarán en establecimientos arrendados (barberías, peluquerías, pequeñas cafeterías, etc). Hasta el momento se desconoce si algo se ha concretado.
-Más de 100 mil, serán trabajadores por cuenta propia, que se sumarían a unos 144 mil actuales, para un incremento de casi un 70%. El 7 de enero, el diario Granma publicó que ya habían 83, 403 licencias otorgadas o en trámite, pero que únicamente el 16% de ellas -unas 13 340- formaban parte de estos 100 mil, por lo que quedarían mas de 86 mil por acceder a este tipo de labor.
-Alrededor de 99 mil, estarían próximos a su jubilación, por lo que se les otorgaría un subsidio total de 200 millones de pesos anuales durante 4 a 5 años, que representaría unos 170 pesos mensuales para cada uno, apenas el 38% del salario medio de 2010, y que únicamente les serviría para cubrir los 150 pesos de incremento en el gasto de los alimentos que salgan de la cartilla de racionamiento.
-Unos 146 mil, pasarían a engrosar las filas de los desempleados, que oficialmente eran 86 mil en 2009, y la tasa oficial de desempleo (1,7% en 2009) pasaría a 4,5% en 2011.
Con el despido de esos 500 mil trabajadores, de acuerdo al salario medio de 2010, se dejarían de cobrar unos 2,700 millones de pesos, que saldrían en parte de la circulación, ya que los subsidios no los compensarían totalmente, y los trabajadores con menos de 10 años de servicio no los cobrarían.
Con ello, el panorama se completa: incrementos de precios, reducción de los ingresos, eliminación de gratuidades “indebidas”, mayor desempleo y disminución del dinero circulante.
Noticias que no son solo malas para los que queden desempleados o disponibles, sino también para los arrendadores y trabajadores por cuenta propia, que verán reducida la demanda de sus mercancías y servicios. Así comenzó el 2011 en Cuba. Decir Feliz Año Nuevo es una macabra ironía.
Arnaldo Ramos Lauzurique
Tomado del blog de Martha Beatriz Roque Cabello.