Lo que siempre he admirado de la política estadounidense es su pragmatismo. Tiene una capacidad indudable para tirar al cesto estrategias que no funcionan. Y superar errores.
Pero con relación al embargo económico contra Cuba, los americanos muestran una estupidez notable. Veámolos desde el lado de sus partidarios. Sus defensores piensan que si Estados Unidos lo levantara, Castro y los empresarios de verde olivo, se llenarían el bolsillo de dólares.
Se mantendrían gobernando por décadas. Y los demócratas y activistas de derechos humanos en la isla, continuarían siendo acosados o golpeados por turbas azuzadas por la policía política. Con el embargo, dicen, Estados Unidos pretende ahogar el régimen, crear descontento en la población y provocar que los iracundos cubanos se lancen a protestar en el Malecón.
Pero no ha sucedido ni lo uno ni lo otro. En 52 años, la gente de a pie no se ha tirado a las calles. O sí. El 5 de agosto de 1994, pero no para cambiar el statu quo, sino para que Fidel Castro abriera el portón y tirarse al mar rumbo a la Florida en cualquier objeto flotante.
Por supuesto, el embargo es oro puro para la propaganda castrista. Según medios oficiales, la economía cubana anda en muletas debido a los efectos del “bloqueo”. No lo creo.
La realidad es que el sistema adoptado por los hermanos de Birán no funciona. Todos los engendros autoritarios, donde se suprimen una serie de libertades esenciales del hombre, no han carburado coherentemente en ninguna nación.
Sólo bajo la bota y placaje de los servicios secretos se mantienen. En la práctica, el embargo comercial afecta a los ciudadanos comunes. Enfermos de cáncer o SIDA no pueden acceder a medicamentos de última generación patentados en Estados Unidos. Un cubano de a pie no puede hacer transferencias bancarias con sucursales estadounidenses.
Los cubanoamericanos y turistas foráneos no pueden utilizar tarjetas de créditos gringas. El manido pretexto de los defensores del embargo, de que si no existiera, los Castro fuesen una especie de tíos ricos se cae por su propio peso.
Hace tiempo, los Castro son Mac Patos. No creo que el recrudecimiento del embargo los ponga a pedir limosna. El embargo es un auténtico juego de espejos. Sus defensores nada han logrado. Sigue el autoritarismo y la falta de libertades.
Claro, los que culpan al embargo de todas las desgracias habidas y por haber también mienten. Cuba anda mal por sus gobernantes. Y si usted se decide a visitar La Habana, con divisas, puede comprar Coca-Cola, computadoras Dell y móviles Motorola.
El 95% de los ordenadores del Estado usan programas de Windows. Los ómnibus que ruedan por las calles habaneras tienen componentes de la General Motors. En las farmacias por moneda dura se venden antibióticos yanquis y jarabes de Johnson & Johnson.
El embargo es un verdadero coladero. Tiene más agujeros que un queso gruyere. A ello súmele que Estados Unidos es uno de los socios fundamentales de Cuba en la venta de alimentos.
Por donaciones, a la isla llegan medicamentos y antibióticos de última generación. Más de mil millones de dólares anuales entran por concepto de remesas. Y otros mil millones en equipos, artículos electrodomésticos y pacotilla textil, enviados por cubanos desde el exterior.
¿Entonces, de qué embargo estamos hablando? Una medida o una política es eficiente si funciona. Pero el embargo contra Cuba no ha funcionado. Además, políticamente es irrentable.
Cada año, una mayoría de países vota en su contra en la ONU. Y que conste, muchos de los países que condenan el embargo también son críticos con la dictadura isleña. Cuando un presidente de Estados Unidos se decida a derogar el embargo, pondrá contra la pared al régimen de La Habana.
Porque la economía cubana seguirá siendo un desastre. La gente no vivirá mejor. Ni las despensas se repletarán de comida. Pero ya no habrá pretextos ni combustible emocional para arengar a las masas. Los gobernantes quedarán desnudos ante el mundo. Y se verán obligados a cambiar.
¿A quien beneficia el embargo? A Fidel y Raúl Castro. A nadie más.
Iván García
Foto: En su blog de HoboTraveler, el periodista Andy Graham escribió que el sábado 6 de diciembre de 2009 fue con dos noruegos al Jazz Café de la Galería Paseo, un ‘mall’ ubicado en Paseo y Malecón, Vedado. Ya dentro, luego de pagar 10 pesos convertibles por la entrada, preguntó si tenían Coca Cola y le trajeron la lata de 355 ml que él decidió fotografiar, extrañado de que en Cuba vendieran la bebida-símbolo de USA. En el blog también puso la foto que tiró en el reverso de la lata, donde se puede ver que era Coca Cola de México (Tania Quintero).
Ver también: Los viajes a Cuba ponen a Miami al rojo vivo.
Muchas gracias por todo, espero que sigas así
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Estimado Ivan, no habia tenido la oportunidad de leer tu blog, ahora hago todo lo posible por leerme todos tus trabajos, resulta que tenemos mucho en comun en cuanto a la manera de pensar pero tu tienes la habilidad de decirlo bien, aunque en este trabajo te falto decir que el embargo tambien beneficia, tanto a los Castro, como a los Diaz Balart y su comparsa, quien presento en el Congreso «la necesidad» de restringir las remesas y viajes a la isla de los cubanoamericanos. Fijate que ambos grupos viven bien a costa de los cubanos de a pie (que somos la mayoria tanto de un lado como del otro) Ambos grupos se autodenominan , como segundo apellido «Historicos» , los llamados «lideres historicos» y «emigrantes historicos». No es coincidencia. Se insultan, pero se necesitan para seguir enriqueciendose y viviendo bien…y los cubanos??? que se jodan!!!
Iván : los americanos no son estúpidos y sí muy pragmáticos como bien usted dice en uno de sus párrafos. Sencillamente no les interesa el levantamiento del embargo, cuando a ellos les interesa algo lo hacen cueste lo que cueste y pésele a quien le pese. Castro no tiene nada en la isla que a ellos les interese, mientras que la inmigración hacia los Estados Unidos que es un asunto de mucha importancia para ellos está sumamente controlada. De Cuba entra muchísima menos cantidad de inmigrantes que de ningún otro país, con la apertura del embargo se verían en la obligación moral de ayudar a la isla económicamente lo que sería un gasto en ayuda humanitaria enorme. El gob. de USA tiene sólo obligación de responder a las necesidades y beneficios de su país y para sus ciudadanos. De hecho establecieron relaciones normales con la República Popular China que no es mejor que Castro en materia de derechos humanos, pero sí les interesaba el negocio con ellos. Viet-Nam es otro caso diferente. Ese fué por un problema de subsanar errores que sucedieron en el pasado, como lo fué la guerra de Viet-Nam, etc.. consideraciones de índole moral, que no tienen con respecto a Castro, porque este se ha declarado enemigo de los americanos.
¿Por qué llamar a los americanos estúpidos? ¿A qué americanos se refiere? Parece que al gobierno. El embargo no fue instaurado para derrocar al reegimen de La Habana sino como reacción a la expropiacieon de propiedades norteamericanas en la Isla. es meas, Eisehower le propuso al ¿gobierno? de La Habana prestarles el dinero para que pagara las confiscaciones y resolver el diferendo. No, fue la resp[uesta.
La premisa para eliminar el embargo es el establecimiento de un sistema democratico en Cuba.
Pienso lo mismo que tu,el embrago beneficia mas a la dictadura que a los demócratas cubanos y solo sirve para justificar la in eficiencia del propio sistema que ha arruinado a Cuba,pero no creo hermano que el embrago sea la causa o la solución de tantos males en la isla,siempre te sigo y me gusta como escribes,ademas aprendo de ti.