Desde La Habana

Recordando a Canek Sánchez Guevara

Le aburría que siempre lo identificaran como ‘el nieto mayor del Che’. Y como durante más de dos años le traté y conocí bastante, prefiero poner solo su nombre completo: Canek Sánchez Guevara.

A los 40 años, inesperadamente, Canek falleció mientras le operaban del corazón, el 20 de febrero, en la capital de México. He querido recordarlo dedicándole los 12 posts de mi blog.

Del lunes 2 al lunes 16 de marzo, en siete post titulados Un ‘sobrino’ llamado Canek, podrán leer algunos de los emails intercambiados entre enero de 2005 y mayo de 2007.

El miércoles 18 reproduciré El Cubo, un proyecto digital de Canek. Y el viernes 20, Canek: voz, letra, videos y fotos…

El lunes 23, Serpiente negra, lo que su tío Martín Guevara escribió en su blog cuando se enteró de la muerte de Canek. El miércoles 25, la entrevista que le hizo Javier de la Mora -tal vez la última- y publicara en Spleen Journal. Y el viernes 27, La espiral de Guacarnaco, cuento inédito, centrohabanero para más señas, escrito por Canek en 2004.

Por su parte, en El blog de Iván García y sus amigos, el 2 y 4 de marzo podrán leer dos artículos de Canek: Un infante para la difunta Habana (1999) y Transición a la cubana, redactado en enero de 2006.

Y quien no la leyó en mi blog en 2007, el viernes 6 de marzo puede leer «Adoro el anonimato», entrevista que en 2005 le hice a Canek y marcara el inicio de una sincera amistad electrónica.

En la Revista Replicante, acabo de descubrir dos ensayos escritos por Canek en 2012: El arte de la propaganda y Los dueños de la historia. Y dos críticas de 2011: una literaria (¿Puede el perro ser obrero?) y otra cinematográfica: Fronteras a machetazos.

Les espero en mi blog y en el de Iván en las próximas cuatro semanas. Mientras, les dejo con un fragmento de Nodos y redes, de Rafael Uzcátegui, publicado el 2 de febrero de 2015 en Contrapunto:

Ser nieto del Ché y ser un escéptico del legado barbudo en la isla. Al conocerse sus críticas, Canek recibió toneladas de críticas en varios idiomas que, palabras más palabras menos, le exigían abjurar del apellido Guevara, del cual -según- no era merecedor. En una respuesta a un correo electrónico remitido por una argentina comunista, sostuvo: «no soporto a los fidelistas que viven lejos de Fidel: me parecen todos cobardes. Si Cuba y Fidel le parecen lo más grandioso que se vaya a vivir a Cuba (yo viví en la Isla diez años y lo hice por voluntad propia, nadie me obligó a ello -y a eso, en Cuba, se le llama ser comemierda). Si de verdad adora el «comunismo» (es decir, si de verdad cree que el sistema cubano lo es) pues que vaya a comer de la libreta y a vivir sin internet, así al menos no podrá escribir cartitas bobas dándose golpecitos en el pecho. Pero como de verdad creo en la libertad de expresión, me limito a ejercerla (a decirle estúpida e ignorante) y en verdad no le deseo los males antes descritos (vivir en Cuba, y todo eso), porque estoy seguro que esa «comunista» no aguanta ni doce meses viviendo en el «comunismo».

Tania Quintero

Foto: Canek Sánchez Guevara, en Italia, 2008. La foto, subida a Flickr por Alejandro Ventura, la tomé de Contrapunto.

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