Desde La Habana

Muñeca de trapo

Aunque el tercer domingo de julio es el día que el gobierno cubano instauró como Día de los Niños, no es hasta el 6 de enero, Día de los Reyes Magos, que las tiendas recaudadoras de divisas son surtidas de juguetes. Gracias a la “ayudita” que en esos días llega del extranjero, algunas familias compran los más baratos.

La llamada ‘ofensiva revolucionaria’, que significó la expropiación de los pequeños negocios que precariamente subsistían en el país, acabó también con los chinchales de carpinteros y artesanos que, tradicionalmente, fabricaban juguetes y alegraban a la grey infantil con sus creaciones. Los juguetes, buenos y variados, estaban al alcance de todos los bolsillos.

A la caída del bloque socialista, la fábrica de muñecas Lily cerró sus puertas por falta de materias primas. Y aquellas populares muñecas rubias, trigueñas y morenas, con bellos ojos de cristal que se abrían y cerraban, y se encontraban en cualquier tienda en moneda nacional y a precios accesibles, fueron sustituidas por otras, importadas, que cuestan 30 dólares en las tiendas de divisas.

Antes del Día de Reyes, mi vecina Mirtha recorrió durante tres días las tiendas de La Habana, en busca de una muñeca para su nieta. No tenía dólares, y salió a buscar el regalo con pesos cubanos. Pero no encontró la muñeca ni otro juguete para sustituirla.

Entonces fue a buscar una muñeca de trapo, y no salió de su asombro cuando le anunciaron que costaban 5 pesos convertibles, la tercera parte del salario mínimo de un trabajador. Llegó a mi casa a pedirme ayuda para hacer entre las dos una muñeca.

Sacamos del escaparate recortes de tela de distintos colores, buscamos el relleno, preparamos hilos y agujas y pusimos manos a la obra. Para las soluciones de emergencia somos buenos los cubanos. El resultado fue gratificante. Mirtha quedó satisfecha, yo también.

Su nieta no quedó sin muñeca el Día de Reyes.

Gladys Linares, Cubanet

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