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Los rostros de la represión

Me parece bien que en Miami hayan creado un proyecto llamado Cuba Represión ID, y esté teniendo repercusión. Pero…

El problema es que quienes tienen más posibilidades de identificar a esas personas viven en Cuba, un país donde la mayoría de la población no tiene computadoras ni acceso a internet. Y es minoría la que mensualmente puede pagar 10 pesos cubanos convertibles (el salario de un mes de un trabajador), para tener «cable», como en la isla llaman a la TV por cable, que es ilegal.

Claro, que con un vecino en la cuadra que pueda ver programas miamenses es suficiente. Porque enseguida la bola empieza a rodar: «Oye, en la televisión de Miami vi que han empezado a fichar a los que asisten a los mítines de repudio».

Lo otro es que esos cubanos con acceso a internet o al «cable», ellos mismos pueden ser partícipes de las convocatorias del régimen y no van a arriesgarse a identificar a nadie. Porque casi todos los que asisten a manifestaciones y actos de repudio, lo hacen por miedo. Miedo a perder el día de salario, miedo a perder el empleo, miedo a ser fichado en una lista negra, miedo a que su hijo no pueda estudiar en la universidad, entre otros muchos temores.

Una realidad: quienes idean y ponen en marcha tales proyectos, además de recursos y posibilidades de difundirlos y materializarlos, viven en otros países y no arriesgan nada. Aunque la Seguridad tiene infinidad de agentes en Miami, sus agentes en esa ciudad no pueden impunemente actuar como actúan en Cuba.

Lo que interesa a los infiltrados, en Estados Unidos y en otras naciones, es mantenerse activos, chivateando, creando divisiones entre los exiliados, metiendo coyundas, haciendo labor de zapa. Mientras más sutiles y discretos sean, mejor. Sobre todo si se tiene «aval» de haber pertenecido a un grupo opositor en la isla, e incluso, de haber sido «preso político». Hay de todo, como en botica.

Pero lo más importante, es que los verdaderos rostros de la represión no son esos hombres y mujeres quienes por miedo -o por lo que sea- se prestan para salir a gritar y golpear, a Reina Luisa Tamayo y a las Damas de Blanco, o a cualquiera grupo disidente que se atreva a caminar por las calles, violando una de sus consignas: «la calle es de los revolucionarios».

Los verdaderos rostros de la represión están en despachos con aire acondicionado del Ministerio del Interior; en Villa Marista, cuartel general del Departamento de Seguridad del Estado; en sus diversas oficinas, departamentos y sedes provinciales, en la capital, el resto de las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.

Visten de civil o de verde olivo, según la circunstancia. Muy pocos, a no ser los jefes, se identifican con sus verdaderos nombres y grados militares, como ese Ernesto Samper, coronel al frente del Departamento 21 y de los operativos para mantener bajo control a las Damas de Blanco.

De casi ninguno se tienen fotos. No se sabe dónde viven ni las chapas de sus carros. Como buenos alumnos de la KGB y la Stasi, se cuidan muy, pero que muy bien, de ser identificados. Y lo más probable es que sus mujeres y familiares, sobre todo sus hijos, desconozcan su verdadero oficio.

Mientras más inadvertido pase y más normal sea su trato y su apariencia, mejor es un verdugo.

De algunos de los jefes de la represión se saben nombres o seudónimos. En ocasiones se han fotografiado sus motos y autos, y se han visto las placas. A veces se han retratado a los agentones enviados a vigilar y cuidar, casi todos unos trucutús, groseros y rompehuesos. Pero ésos tampoco son los verdaderos rostros de la represión.

De cualquier modo, algo es más que nada. Y me parece bien que se empiece a identificar a esa turba que bajo el disfraz de «pueblo revolucionario», se presta a hacerle el juego a un régimen corrupto y agonizante. Y que antes de desaparecer, se va a llevar por delante a medio país si es preciso.

Pero no olvidemos que esos esbirros populares son el eslabón más débil de la cadena.

Como el régimen de los Castro está a la defensiva, si ese proyecto de Miami prosperara, una de sus respuestas pudiera ser empezar a impedir que se hagan fotos y videos de sus actos de repudio. Y por el Plan X difundido hace unos días en el extranjero, está previsto que vayan a más. Y que de los gritos, ofensas y arañazos, se pase a palos y cabillas, para agredir a los «gusanos» con el visto bueno oficial.

En internet se pueden encontrar muchas fotos y videos de esos cubanos que consciente o inconscientemente, exponen sus caras para tratar de salvarle el pellejo a los verdaderos represores.

Pero he preferido poner cinco fotos nada más, que desde el 2008 tengo archivadas. Cuando por vez primera las vi, me llamó la atención el «entusiasmo» de esa mujer gruesa, con un pantalón-pescador rojo, blusa floreada, banda azul prusia en el pelo y zapatos negros de corte bajo, que siempre grita sus ofensas con los brazos en alto.


Ya para terminar. Cuando uno se detiene a analizar ésas y otras imágenes, descubrirá que entre «las masas», siempre hay mujeres y hombres de la raza negra. Exprofeso. Sobre todo a partir de la muerte de Orlando Zapata Tamayo y del rol protagónico de su madre, Reina Luisa Tamayo.

Así, movilizando a «los de color», intentan enviar al mundo el mensaje de que los negros cubanos están con la revolución. Sin embargo, no dicen que más del 80 por ciento de los presos comunes pertenecen a la raza negra. Ni que los negros son los que viven en las peores viviendas ni en los peores barrios. Ni quienes menos posibilidades tienen en Cuba de mejorar económica y socialmente.

Tania Quintero

Postdata.- Como dice la canción, «la vida te da sorpresas». Y miren lo que se encontró la policía cuando fue a detener a vendedores de marihuana en El Moro, uno de los barrios marginales de La Habana. Leánlo aquí. No parece que sea un caso aislado, porque los traficantes de drogas locales suelen tener armas. Un detalle que no debe preocupar a los «segurosos» ni a las turbas movilizadas para gritar, ofender y agredir a  familiares de los presos políticos, opositores y periodistas independientes. Además de pacíficos, andan desarmados. Nada que ver con Fidel Castro, cuando era subversivo.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

7 comentarios

  1. ¿COÑO !!!POR QUE USTEDES SON TAN EMBUSTEROS!!!!

  2. Entiendo su punto; pero si la gente comun, que casi siempre (nos guste o no admitirlo) es responsable en gran parte de que regimenes como este sobrevivan (conscientes o no); no reciben su castigo, estaremos perdidos. Estaremos condenados, en Cuba o donde sea, a que este tipo de desgenerados sigan usando a las masas; y las masas se dejen usar a cuenta de que no pasa nada despues.

  3. Todas esas personas que se prestan para avasallar y reprimir a las Damas de Blanco quizás no sepan que un día tendrán que enfrentarse a la justicia para responder por sus acciones. Pobres diablos !!!

  4. no entiendo si estás a favor o en contra de la iniciativa..

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