Desde La Habana

Laura Pollán puso su pellejo para demostrar sus verdades

Ahora mismo me viene a la mente el miércoles 28 de septiembre, cuando hablé con su hija para coordinar una entrevista con Laura. Ella ya se sentía mal, su hija me contó que se tomó un tilo y se acostó un rato en la cama. Unos días después, empeoró su estado de salud. La noticia me ha dejado atónito.

Indudablemente los efectos de la violencia verbal y los golpes del 24 de septiembre han sido una de las causas.

Se avecinan malos tiempos para Raúl Castro. Me cuesta creer que las hordas de energúmenos que aquel día a ella y las Damas de Blanco gritaban «al machete que son pocas» o «apunten, preparen, fuego», se sientan complacidos. ¡Qué triste papel! Me pregunto si a partir de ahora tendrán su conciencia tranquila.

Laura Pollán fue una mujer de la tercera edad que puso su pellejo e integridad para demostrar sus verdades.

Si Orlando Zapata fue un motor que impulsó a los opositores a protestar a camisa quitada, Laura tuvo un gran poder de convocatoria. Su mérito indudable fue salir a la calle y gritar por la libertad de los suyos y su pueblo. ¡Que Dios la bendiga!

Iván García

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