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Las Damas de Blanco no son el enemigo real

Tengo buenos amigos que apoyan en grado sumo la revolución de Castro. Respeto sus criterios, como ellos respetan los míos. Y no pasa nada. Tenemos puntos de coincidencias. Nos gusta el fútbol y el béisbol. El ron blanco y adoramos nuestros hijos. Nacimos en La Habana y la amamos. Y cada cual desde la posición que defienden quiere lo mejor para su país.

Lo que nos separa son los criterios políticos. Estoy convencido que en Cuba sí se violan, descaradamente incluso, los derechos individuales. El gobierno arma su guirigay cuando la isla es puesta en la picota pública. Pero no es una campaña de la CIA, ni que los grandes medios se ceben con saña en las políticas míopes de los hermanos Castros.

No. Sencillamente es la actuación del régimen la que provoca las condenas mundiales y estar en los cintillos de los diarios. A raíz de la muerte del opositor Orlando Zapata Tamayo, los medios, gobiernos democráticos, y redes sociales han enfilado los cañones al añejo gobierno de verde olivo.

La muerte producto de una huelga de hambre de una persona, que aunque los amigos de la revolución quieran verlo como un delincuente, estaba cumpliendo prisión en ese momento por una causa política, y sus reclamos eran netamente políticos, fue algo que se pudo haber evitado.

El régimen es muy sensible a las críticas internas y externas. En todo ello ve una conspiración imperialista.  Se dan golpes de pecho, y para ellos, ninguna nación tiene fuerza moral para criticar a Cuba en el tema de los derechos humanos.

Entonces se defiende atacando. Los derechos de las personas se violan en  casi todo el planeta. Y son perfectamente denunciados por grupos de la sociedad civil. En la isla sucede igual.  Pero es el gobierno cubano quien reprime a quienes piensan diferente.

No se ha llegado al extremo de muertes extrajudiciales. Ni falta que les hace. Controlan los tres poderes básicos de una sociedad, y cuando usted va a un juicio por supuesto delito político, está condenado de antemano.

El no querer reconocer a la oposición es la madre de todos los problemas. Todos mis amigos que apoyan de alguna manera a Castro viven en sociedades donde ser opositor no es un delito. No es creíble que toda una población apoye al régimen. Tampoco es verdad que todos los que se opongan al gobierno sea una banda de mercenarios al servicio de Estados Unidos.

En Cuba hay muchas cosas que no funcionan. Los Castro no quieren ni permiten que otras personas integren un partido diferente y tengan criterios propios. Y se suceden casos lamentables como los del miércoles 17 de marzo con las Damas de Blanco.

Usted puede tener el criterio que le plazca sobre este grupo de mujeres. Pero hay una verdad como un puño, si sus esposos, hijos o familiares no estuvieran encarcelados, las Damas de Blanco no existieran.

Al igual que si no hubiesen desaparecidos miles de niños en Argentina, durante la dictadura militar de los años 70, tampoco tendrían razón de ser las Abuelas de la Plaza de Mayo.  El gobierno de Castro es antidemocrático y represivo a la hora de aceptar criterios políticos alternativos.

Pero se aprovecha como nadie de las libertades en sociedades que viven en democracia. Por delito de espionaje tienen a cinco agentes en cárceles de Estados Unidos y se gasta la plata del erario público, que es bastante escasa, para que sus familiares viajen por medio mundo defendiendo la causa de sus familiares.

En ese “monstruoso” país, que son los Estados Unidos de América, amigos de la revolución han pagado 50 mil dólares para que un “venenoso” medio publique propaganda a favor de la liberación de los espías. Los políticos de Castro, de viaje por el mundo, se reúnen con opositores al gobierno elegido por sus pueblos, y con los grupos que apoyan a la revolución.

Nada pasa. No he visto un artículo de Frei Beto o Lucius Walker, fervientes admiradores de Castro, atestiguando que son hostigados por los servicios de inteligencia de sus países. Pueden que sean más sutiles que los cubanos. Puede, creo yo, que esas cosas son perfectamente permitidas en países libre.

En  los sucesos del 17 de marzo en el barrio pobre y marginal de Parraga, en Arroyo Naranjo, el municipio más pobre de la ciudad, y el que tiene mayor número de hombres presos por habitantes de todo el país, sí hubo violencia física y manipulación.

No doy una opinión categórica porque haya escuchado o leído lo sucedido por las Damas de Blanco. Vi fotos y videos en lo que se ve malos tratos por militares, que arrastraron y casi estrangularon a una que otra señora del grupo.

Como periodista independiente, he estado presente en algunas manifestaciones públicas de personas o de las propias Damas de Blanco y no sólo han ocurrido linchamientos verbales, vuelan bofetones, patadas y golpes de kárate.

Además, el sólo hecho de impedir una manifestación es algo lesivo a la libertad de expresarse. También es una mentira, que el gobierno amplifica, de que “el pueblo de forma espontánea” insulta y agrede a los que se manifiestan.

Los que han vivido en Cuba saben que eso no es verdad. Desde que en 1980 asomaron los lamentables “actos de repudio”, a las personas que decidían marcharse de su patria, donde se golpeaba y ofendía, esto pasó a ser una práctica habitual en la estrategia de la policía política.

A estas personas, las autoridades las convocan con antelación para que denigren a los “mercenarios”. En La Habana se sabe que no son pocas las veces que en centros de trabajo, para dar la apariencia de «las masas revolucionarias», a los empleados les dan parte de la jornada o la jornada completa libre, para que vayan a gritar e insultar a las Damas de Blanco u opositores que decidan manifestarse por las calles.

En Cuba, por voluntad propia, nadie agrede a otra persona que se manifiesta pacíficamente. Menos a esta altura de la gastada revolución, donde el apoyo al proyecto de Fidel Castro decrece por días.

El gobierno, con estos sucesos, tiende a su vez una gruesa cortina de humo. Hay fuertes rumores, con visos de credibilidad, que personajes de confianza situados en las altas esferas se encuentran involucrados en escándalos, asuntos de faldas, corrupción y millones de dólares en juego y le están dando numerosos dolores de cabeza al gobierno de los hermanos de Birán.

No son los opositores, periodistas libres, blogueros o Damas de Blanco lo que van a poner en una situación de crisis política definitiva al régimen. Son y serán los generales reconvertidos en hombres negocios, que le han cogido el gusto al billete verde.

La disidencia reclama cambios, pero de forma pacífica. Usted los puede denigrar y golpear, pero los que están en la danza de los millones, viviendo a todo trapo y serruchándole el piso al gobierno, son los que de verdad preocupan a los jerarcas.

El enemigo real que puede voltear la situación se codea con el poder. Esos son los peligrosos. Los otros son polvo y paja.

Iván García

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

7 comentarios

  1. Tengo la impresión de que, una vez que los cubanos empiecen a perder el miedo a manifestarse, el proceso será imparable. Y los jerarcas del régimen, como ocurre siempre en las dictaduras, se apropian de lo que pueden para garantizarse el futuro.

  2. Mi modesta aportación por Guillermo Fariñas. http://www.xornal.com/opinions/2010/03/18/Opinion/guillermo-farinas-no-puede-morir/2010031822144800189.html
    En España hay un silencio insufrible e inexplicable. Que duele. Suerte, amigos. Ana

  3. !!!UN SEÑOR COMENTARIO!!! No tiene desperdicio.

  4. muy lucido y objetivo tu post, mucha verdad!!

  5. ìvan, como siempre muy bueno tu articulo. quisiera ser como tu con la tolerancia con los que piensan diferente. y lo he logrado en temas como el deporte, la comida, las peliculas, incluso la politica de mi pais de residencia. pero me es imposible lograrlo respecto a cuba. el que apoye a castro de ninguna manera puede ser mi amigo.

  6. Como siempre, tus articulos son las mejores lecturas de los ultimos tiempos:claras, precisas, puntuales. Gracias por tu lucidez Ivan, mil gracias.

  1. Pingback: Penúltimos Días

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