Diversent explicó que el acto de repartir equipamientos para conectarse a internet no agrede la independencia y la seguridad del Estado cubano y, por tanto, podía haberse dictado una sentencia menos severa.
La también bloguera dijo que para una pena menor, podía haberse utilizado lo estipulado en la Ley 88, o ‘ley mordaza, la cual prevé que quien distribuya equipos de cualquier índole provenientes de Estados Unidos o entidades privadas será castigado con multa.
Según Laritza, en esa condena primó el ánimo de castigar duramente a un ciudadano estadounidense, hecho que tiene una trascendencia política, pues entorpece aún más las deterioradas relaciones entre Washington y La Habana. Y consideró que la sentencia podría tener varios propósitos.
Uno de ellos podría ser la intención de canjear al contratista por los cinco espías cubanos encarcelados en Estados Unidos. Otro sería dar una ‘lección ejemplarizante’ a personas y entidades de distintas partes del mundo que pretendan ayudar a la naciente sociedad civil en la isla, opinó Laritza Diversent desde La Habana.