Desde La Habana

Huelgas de hambre, arma de la disidencia cubana

Una moda trágica. Reprobable para muchos. Única opción para los opositores que la realizan. Creen que de esa forma pueden forzar al régimen. Es su grito de guerra. Pero no es un arma nueva.

Ya en 1972 una huelga de hambre de 53 días le costó la vida al opositor Pedro Luis Boitel. No era la época de internet y los medios globales. Pocos se enteraron. Una de las principales organizaciones disidentes en la isla lleva su nombre.

Después de 1959, fue uno de los recursos más usados por los encarcelados por oponerse a Fidel Castro y su revolución. Según Archivo Cuba, del 59 a la fecha, al menos 12 presos políticos han fallecido por huelgas de hambre. Otros se quebraron, o a petición de amigos y familiares reconsideraron su postura.

Oscar Elías Biscet, médico ginecólogo que comenzó sus críticas contra Castro condenando el aborto y exigiendo el respeto por los derechos políticos y humanos elementales, utilizó los ayunos como instrumento para llamar la atención mundial y poner contra la pared al obstinado y rígido comandante.

No lo logró. Como tampoco tuvo éxito el opositor Orlando Zapata Tamayo, quien murió tras 86 días sin comer en las infernales cárceles de la isla.

Ahora mismo, hay varios cubanos que como protesta a sus reclamos, han optado por huelgas de hambre, más o menos estrictas.

Uno de ellos es Egberto Escobedo Morales, quien el 16 de abril se declaró en huelga de hambre en una prisión camagüeyana. Escobedo fue arrestado en julio de 1995 y condenado a 20 años de privación de libertad, por los supuestos delitos de «espionaje, robo con fuerza en las cosas y propaganda enemiga». Con su huelga, pretende exigir al régimen un diálogo con la oposición interna. Por su crítica situación, hace diez días fue trasladado al hospital del Combinado del Este, en La Habana.

Guillermo Fariñas, psicólogo y periodista independiente, desde el 24 de febrero mantiene la suya, reportada en este blog. Un twitter de la opositora Martha Beatriz Roque, informaba que en la noche del domingo 27 de junio, un grupo de disidentes iba a pasar la noche en las afueras del hospital Arnaldo Milián, de Santa Clara.

Allí, desde el 11 de marzo, Fariñas permanece en la unidad de cuidados intensivos, pero su salud se habría agravado de manera alarmante. Su estado físico actual es una incógnita. Aunque le han permitido visitas, como la que el 19 de junio realizara Ariel Sigler Amaya, recientemente excarcelado, no han dejado que le tiren fotos ni videos.

No es la primera vez que Fariñas se decide a usar las huelgas de hambre como arma de presión. Es la número 23. Todo un récord.

Quien si utiliza esa vía por vez primera es Juan Juan Almeida García, hijo del legendario Juan Almeida Bosque, uno de los hombres anclas de la revolución. Lleva dos semanas sin comer, aunque ingiere líquidos. Se decidió a usar la huelga de hambre porque el gobierno no le permite viajar al exterior, a visitar a su esposa e hija. Está por ver si el hijo del guerrillero conmueve al general.

A diferencia de Zapata, Escobedo o Fariñas, Almeida junior es alguien cercano a la familia Castro. Durante un tiempo, residió en la propia casa de Raúl Castro. Y llegó a ser amigo íntimo de Alejandro, único hijo varón de Raúl. Él no hace reclamos políticos. Sólo desea que se respeten sus derechos y que le dejen salir y regresar a su país.

Otros que han decidido a utilizar las huelgas de hambre como arma de presión en 2010, son los acusados por tráfico de personas, catorce de ellos en la cárcel de Ariza, en la provincia de Cienfuegos.

En La Habana, el cubanoamericano Yamil Domínguez, de 37 años, llevaba 75 días sin ingerir alimentos, sólo tomando agua, en una celda del Combinado del Este, prisión de máximo rigor.

Yamil fue detenido en 2007 y condenado a 10 años por el supuesto delito de tráfico de personas, en un juicio irregular de acuerdos a abogados independientes. Después de tres años encarcelado, y tras agotar todos los requerimientos legales establecidos por la Constitución, Domínguez optó por la huelga de hambre.

Fuentes independientes cubanas informan de dos presos políticos que en sus respectivas cárceles se habrían declarado en huelga de hambre, Diosdado Díaz Linares y Abel López Pérez, así como el opositor Guillermo del Sol Pérez, quien en carta recientemente divulgada ha sido proclamado sucesor por Fariñas, si éste fallece.

La fatal moda de disidentes y reos políticos o comunes, de privarse de alimentos o de líquidos, promete seguir extendiéndose. Pero a ninguno el régimen los ha tomado en serio.

No existen antecedentes de que una huelga de hambre en Cuba haya ablandado el corazón de los hermanos Castro. Aún así, los presos y los opositores cubanos creen que las huelgas de hambre son un arma para presionar al régimen. Hasta el momento, nada han logrado.

Iván García

Foto: ABC. Juan Juan Almeida, entonces con 5 años, al lado del yate Granma y Raúl Castro.

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