Home / Las Cartas de Tania / Hasta la vista, Mr. Swatch!

Hasta la vista, Mr. Swatch!

Cuando Iván y Laritza me invitaron a escribir para este blog, me pidieron testimonios sobre mi vida en Lucerna, cantón de la Suiza alemana donde resido desde el 4 de diciembre de 2003. Si mal no recuerdo, sólo dos o tres veces publiqué al respecto, en 2009.

Pero hoy quiero dedicarle un post a uno de los hombres más queridos y respetados en Suiza, el empresario Nicolás G. Hayek, quien el lunes 28 de junio falleciera de un paro cardíaco. Tenía 82 años y desde 2003 había nombrado a su hijo Nick al frente del Grupo Swatch, el más poderoso de la relojería mundial.

La vida de Hayek es tan rica y variada como los relojes que en los 80 creó y contribuirían a salvar de la bancarrota a la afamada relojería suiza.

En vez Adiós, he preferido decir Hasta la vista. Porque hombres como Hayek no se van cuando mueren. Continúan viviendo en la fabulosa obra que dejaron. Y yo diría que en cada reloj Swatch.

Tania Quintero

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x

Check Also

Para honrar a Martí no hay que disfrazar a los niños

Para honrar a Martí no hay que disfrazar a los niños

Antes de 1959, cuando se acercaba el 28 de enero, fecha del nacimiento de José Julián Martí Pérez en 1853 en La Habana, en todas las escuelas públicas, además de preparar y entregar una canastilla a una mujer de la barriada que diera a luz ese día, en los actos cívicos se leían poemas y los coros interpretaban canciones martianas o versos sencillos musicalizados.