Desde La Habana

Firmado en La Habana*

El blog Desde La Habana es una aventura que hoy, 28 de enero, cumple dos años. No ha sido fácil llegar hasta aquí. La idea de crear un blog me dio vuelta en la cabeza desde el invierno de 2006.

Desde finales de los 90, había sido colaborador habitual del sitio online de la Sociedad Interamericana de Prensa y la versión digital de Encuentro de la Cultura Cubana, proyecto del fallecido escritor cubano Jesús Díaz que vio la luz en Madrid en 1996. También de la Revista Hispano Cubana, fundada en la primavera de 1998 en la capital española.

Pero eran años difíciles para el periodismo sin mandato. En la primavera de 2003, como es sabido, el gobierno de Fidel Castro desató una razia que llevó a la cárcel a 75 disidentes, entre ellos, 27 comunicadores alternativos.

Entre el temor a que una madrugada cualquiera tocaran a la puerta los tipos duros de la Seguridad y sin mediar palabras me detuvieran, y el deseo de  incursionar por nuevos caminos, decidí probar suerte con otras herramientas.

En un número de Newsweek en español había leído un formidable reportaje sobre el fenómeno blogger. Justo lo que buscaba. Un instrumento donde yo fuera escritor y editor. Pero hacerlo realidad costó más de lo esperado. No conocía las técnicas para crear un blog. Tampoco, por ese tiempo, había sitios públicos para conecterse a internet en La Habana.

No perdí la fe. Tres personas dieron un aventón a la idea de hacer mi propia bitácora. El 25 de marzo de 2007, a mi madre Tania Quintero, periodista independiente y también neófita en el manejo de la tecnología, Magia, una cubana residente en España, le abrió un blog. Desde noviembre de 2003, Tania vive en Suiza como refugiada política. Su computadora es vieja, pero tiene adsl las 24 horas.

Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar fueron esenciales para poder abrir mi blog. A través de un periodista suizo conocí al matrimonio Sánchez-Escobar, en diciembre de 2004. En ciertas noches frescas y estrelladas, en el apartamento de la pareja, en el piso 14, tomando guayabita del pinar y comiendo pizzas caseras elaboradas por Yoani, varios amigos hablábamos del estado de cosas en Cuba.
Ya por entonces Escobar, periodista titulado, tenía en mente la revista Consenso, que pensaban editar con esfuerzos propios. Me invitó a escribir de deportes, pero yo deseaba otra cosa.

Los fines de año seguía visitando al matrimonio y alguna que otra vez, Yoani me comentó del blog que había abierto en abril de 2007. Pero no fue hasta diciembre de 2008 cuando Yoani me tendió la mano. Ya por esa fecha en La Habana se podía navegar por internet, pagando muy caro y en moneda dura.

En mi proyecto personal, para que colaboraran conmigo, involucré a Luis Cino, en mi opinión el mejor periodista independiente de la isla en estos momentos, y a Laritza Diversent, joven abogada recién graduada. Desde Suiza escribiría mi madre, y desde Madrid el poeta Raúl Rivero nos haría llegar sus crónicas publicadas en El Mundo.

Recuerdo que andaba como loco gestionando un webmaster que cobraba 60 dólares por hacer el diseño de la página y 5 dólares extra cada vez que colgara los posts. En un café de Centro Habana coincidí con Reinaldo y Yoani y me dijeron que no tenía que gastar un centavo. El 28 de enero de 2009 ellos pensaban abrir una plataforma a la que pensaban llamar Voces Cubanas.
Me sumé a la fiesta. Para paliar mi ignorancia en el manejo de un blog, me invitaron a participar en un curso acelerado que dos veces a la semana Sánchez impartía en su casa. Fui de los primeros seis blogueros en inaugurar Voces Cubanas.

Para mí, era fácil escribir los posts. Pero necesitaba una persona en el extranjero que me los colgara, pues el monto de dinero para ejecutar la tarea lo hacía incosteable. Tania habló con Ernesto Hernández Busto y él aceptó. Pero el blog no marchó como yo deseaba.

A partir del 1 de enero de 2010, un extraordinario amigo portugués, Carlos Moreira, a pesar de tener mucho trabajo, de maravillas me lleva esa función en sus horas libres. Igual que mi madre, que pasa hasta ocho horas diarias delante del ordenador, revisando textos, verificando datos, seleccionando fotos o videos para los posts firmados en La Habana por mí enviados.

El 22 de octubre de 2009 comencé a colaborar con el diario digital español El Mundo/América. Los pagos por mis trabajos y la mesada que con mil sacrificios me envía mi familia, me ayudan a pagar los 60 pesos cubanos convertibles que a veces mensualmente gasto en hoteles habaneros, para poder conectarme a internet.

He tenido momentos amargos. Desde ataques cibernéticos contra mi blog y la desaparición del archivo con todos los posts publicados en 2009, hasta echarme de Voces Cubanas sin una explicación que me convenza.

Hasta hoy, el único argumento que me han dado como causa de mi exclusión han sido dos artículos críticos hacia Guillermo Fariñas escritos por mi madre (ver nota al final). No comparto ese argumento. Personalmente discrepo de la forma y contenido de algunos trabajos redactados por Tania.

Pero a sus 68 años, viviendo en el exilio y con más de treinta años de experiencia en el periodismo, primero oficial y después disidente, ella está en todo su derecho de publicar lo que le parezca en mi blog.

Hablamos bastante de democracia y libertad de expresión. Un discurso en boga. Pero en la práctica, nos comportamos como intolerantes y censores. Un mal de fondo que no logramos extirpar de raíz los cubanos. Ni los de adentro ni los de afuera.
Todavía no sé si de Voces Cubanas me echaron por mi madre o el ‘culpable’ soy yo. Durante el tiempo que formé parte de esa plataforma, nunca tuve incidentes graves con ningún bloguero, al punto de estropear el trato educado que manteníamos. Si en ese grupo tengo enemigos, los desconozco.

Si he abordado el tema ha sido porque numerosos amigos, cubanos y extranjeros, me han preguntado y no sé qué decirles. Quien lo sabe es Yoani.

Espero una respuesta veraz. Aprecio a Yoani Sánchez. Más a su esposo, Reinaldo Escobar. Nada tengo en contra de Orlando Luis Pardo y Claudia Cadelo, dos de los blogueros más activos.

Esta aventura de realizar una bitácora es tan maravillosa como criar un hijo. Tiene muchas limitaciones materiales para llevarlas a cabo y puede reportarte enemistades. Pero yo no hago periodismo para agradar a nadie. De eso se trata.

De cualquier forma, 2011 se me antoja prometedor. Tengo un montón de ideas para que el blog crezca en calidad y contenido. Por lo pronto, mis posts desde La Habana seguirán llegando puntuales.

Iván García

* El título lo tomé prestado del poemario de Raúl Rivero (Editorial Sibi, Miami, 1996).

Foto: Stathis, Panoramio. Parque Central de La Habana, donde se encuentra la principal estatua dedicada a José Martí en La Habana. El edificio de estilo colonial que se ve al fondo es el Hotel Inglaterra, fundado el 23 de diciembre de 1875.

Nota.- Debe tratarse de «Fariñas le cogió el gusto a las huelgas de hambre«, publicado el 21 de octubre y «La semilla de Fariñas en internet«, del 27 de octubre.

Salir de la versión móvil