Desde La Habana

En Cuba, muchos no comparten la actitud de algunos expresos en España

La alegría inicial por la excarcelación y viaje a España de una veintena de presos y un grupo numeroso de familiares, ha dado paso a un cierto malestar por las noticias que desde la península ibérica por distintas vías llegan a la isla.

Ni dentro de la disidencia ni entre personas con mayor nivel de información en La Habana, ha gustado que varios de esos expresos políticos, menos de 48 horas después de su arribo a Madrid, públicamente comenzaran a quejarse.

Primero fue por el albergue, después empezaron a exigir el otorgamiento del estatus de asilado político, porque rechazan el de «protección internacional asistida», propuesto por las autoridades españolas.

Un grupo, además, se niega a ser trasladado a otras ciudades, como ya cerca de una docena ha hecho. Por cierto, casi todos los que aceptaron mudarse a Andalucía, Valencia y La Rioja son profesionales: médicos, dentistas, enfermeras, instructores de arte…

El grupo de Madrid se ha plantado en tres y dos, y con la asesoría de un abogado no sólo han cuestionado la Constitución de España, si no se han considerado con derecho a presentarle sus protestas al Defensor del Pueblo.

«Lo que más me molesta es que están dando la impresión de que todos los cubanos somos mal agradecidos, y no es verdad. Porque si hay un pueblo con el cual siempre hemos simpatizado, es con el pueblo español», comenta indignada

María Rosa, 56 años, ama de casa, quien está al tanto por emisoras extranjeras.

Un opositor que prefirió el anonimato, piensa que estos presos y sus familiares, además de dar una mala imagen de la disidencia y el presidio político cubano, están siendo manipulados. «Según he leído, los han utilizado del Partido Popular y también exiliados que llevan tiempo fuera. Y es una pena, porque esos hombres acaban de salir de siete años de encierro y se encuentran desinformados. Y se han aprovechado de esa desinformación para sus intereses políticos», señala.

Lorenzo, 23 años, estudiante universitario, tuvo oportunidad de navegar por internet y pudo leer comentarios dejados por lectores en medios españoles online. «Sentí vergüenza, porque no se escupe la mano que nos da de comer. Más cuando uno viene de una prisión y de un país con tantas penurias. Y allá, exigiendo, como si aquí hubieran vivido en mansiones de Miramar o Nuevo Vedado».

Hay opiniones de todo tipo. Yarisleidys, 20 años, jinetera, lamenta no haberse empatado con un preso político en la cárcel, pues a lo mejor ahora se hubiera podido ir con él a España.

Cuando le digo que si llegan a liberar a los 52 que el gobierno cubano prometió, todavía quedarían cerca de cien presos políticos en prisión, responde: «Ah, sí? Pues mira, me voy a poner pa’l cartón de los políticos, no me importa si están viejos y enfermos. Lo que quiero es largarme de este país».

En política, como en deporte, hay que esperar a que termine el partido para cantar victoria. Y quienes hoy protestan en España, no sólo debieran haberse mostrado más agradecidos, si no aguardar hasta que el resto de los prisioneros estuvieran fuera de las rejas, en la isla o camino al destierro.

Los Castro en cualquier momento deciden pitar. Y dar por finalizado el juego antes de tiempo.

Iván García

Foto: EPA. De la reunión que el expresidente José María Aznar sostuvo con un grupo de expresos políticos y sus familiares, el 28 de julio, en Madrid.

Salir de la versión móvil