Cuando se dice que el régimen cubano funciona como una dictadura científica no se trata de una frase hecha, ni de una fórmula retórica para salir del paso con una frase ingeniosa. No.
Esa definición corresponde al retrato preciso de los métodos que utiliza el gobierno criollo para reprimir. Y su instrumental proviene de las ciencias de acoso y persecución que mantuvieron en el poder durante décadas a los países del llamado campo socialista y sostienen ahora a Cuba, China y Viet Nam.
Es un proceso estudiado y que se aplica con disciplina. Armoniza la cárcel, las golpizas, la persecución familiar, el acoso, los mítines de repudio y los allanamientos con iniciativas personales de la policía y tienen como objetivos principales los activistas de derecho humanos, los grupos de opositores pacíficos, los artistas rebeldes y los periodistas independientes.
En el caso específico de la prensa libre y de los cubanos que ejercen el oficio dentro del territorio nacional, la gendarmería gubernamental consigue ubicar a Cuba entre los países más perseguidos del mundo. Tanto es así que, según los observadores profesionales de Reporteros Sin Fronteras (RSF), en el rango de las 180 naciones más agobiadas por la falta de libertad de prensa, la Isla ocupa el puesto número 172.
Allí está en aquella lista degradante y enfermiza acompañada de Corea del Norte, Eritrea, Turkmenistán, Siria, el país donde el año pasado asesinaron a 17 periodistas y China, ligeramente superior a Cuba en el plano represivo porque ocupa el lugar 176 y se ha destacado, sobre todo, ha dicho RSF, porque “la censura y la vigilancia han alcanzado niveles inéditos por el uso masivo de las nuevas tecnologías.”
En los cinco primeros lugares del universo aparecen Noruega, Suecia, Finlandia, Holanda y Suiza. Cuba, por supuesto, tiene la situación más desastrosa del continente americano. Está seguida por México (147) con 11 periodistas asesinados en 2017 y por Venezuela (143). En la región sólo Ecuador, en el puesto 92, ha experimentado una cierta mejoría en los últimos tiempos.
Para RSF “en numerosos Estados latinoamericanos persisten políticas autoritarias respecto a la prensa. Cada vez más jefes de Estado elegidos democráticamente ven a la prensa ya no como uno de los actores de la democracia, sino como un adversario frente al cual muestran abiertamente su aversión.”
La represión científica puede hacer que Cuba suba algunos sitios en ese inventario oscuro y fatal de la represión a la prensa libre.
Raúl Rivero
Blog de la Fundación Nacional Cubano Americana.
Foto: El periodista independiente Lázaro Yuri Valle Roca coaccionado por dos agentes de la Seguridad del Estado. Tomado de Neo Club Press.