Desde La Habana

Disidencia bananera

Dania Virgen García García es periodista como Usaín Bolt cosmonauta.

Su historia es la de una impostora. Ante el aluvión de carencias materiales y políticas que vive Cuba, algunos ciudadanos, de forma espontánea, sienten en lo más hondo que el camino de disentir es una buena manera de cambiar el estado de cosas.

Bien. Es justo que todos puedan exponer sus criterios e intentar participar en el pastel de las transformaciones que inevitablemente se sucederán en la isla. Pero de ahí a inventarse un currículo hay una distancia. Escribir notas o tener una bitácora no es para tirar cohetes.

Hacer periodismo por cuenta propia o un blog es una especie de exorcismo personal. Un desahogo. Un grito a todo pulmón. Un prisma particular que te permite observar y reflejar la vida de tu gente y tu país. Nada especial.

La historia es lo que cuenta. La noticia es lo que vale. Pero en esta isla de cañas improductivas, a menudo ocurre que los cubanos que disienten, se creen con capacidad de comodines. O de pulpos.

Los hay cinco en uno: periodista, bloguero, opositor, activista de derechos humanos y bibliotecario independiente… No es posible intentar escribir de la forma más objetiva posible si se es vocero de un partido, grupo o corriente política. O si se pretende jugar en varias posiciones a la vez.

El camino de la oposición o el periodismo independiente generalmente es tomado por personas que tuvieron una trayectoria en la revolución de Fidel Castro. Y con valentía se distanciaron y criticaron la manera de gobernar del abogado de Birán.

Pero ya una vez en la disidencia, suelen cargar consigo una serie de fenómenos inconfundibles con el modo unipersonal que ha tenido Castro para manejar los asuntos públicos.  Consciente o inconscientemente, le ponen a la oposición el mismo cuño castrista. Y se convierten en clones vestidos de disidentes del comandante único.

Dentro de algunos partidos y grupos de la oposición interna se encuentran individuos, caudillistas y corruptos, que practican el nepotismo y el tráfico de favores como usted se bebe un vaso de agua.

Cuando el gobierno los echa a la calle, al no poder ganarse un salario trabajando, se suman al tren de las ayudas brindadas por agencias gubernamentales de Estados Unidos. Ayudas, por cierto, que también han generado un aparato de vividores en Miami, bajo el pretexto de «la lucha por la causa de la libertad y la democracia en Cuba».

Desde mi punto de vista, es lícito escribir, y que una página web o periódico te publique y te pague. O colocar publicidad en los blogs. Lo que no veo bien es que departamentos federales del gobierno de Estados Unidos envíen dólares a la disidencia.

El régimen de La Habana se queda afónico, criticando la injerencia de los americanos en la isla. Pero si alguien no puede hablar al respecto es este gobierno. Que durante muchos años no sólo ha enviado plata, sino también especialistas y armas, a partidos de izquierda o grupos guerrilleros de América Latina.

Porque los hermanos Castro sean inmorales e inescrupulosos, los líderes de la oposición no deben ser iguales. Pienso que si Estados Unidos no se inmiscuyera en nuestros asuntos internos, habría opositores, periodistas libres y blogueros de verdad, no inventados ni inflados.

Es cierto. De manera descarada, en Cuba se transgreden derechos inalienables de los seres humanos. Pero, en mi opinión, eso no justifica hacer una oposición más hacia el exterior, que para tratar de resolver los agudos problemas del país.

Si el inmovilismo del gobierno de los Castro se mantiene, en parte es por culpa de la disidencia bananera que tenemos.

Y de cubanos ausentes de ética, que elevan a «leyenda» la historia de una simple mujer, con más litigios familiares que preparación, que un día se decidió a redactar noticias elementales. Y de la noche a la mañana la anuncian como «una gran estrella del periodismo independiente».

Quizás sea ése el problema en Cuba. Mucho ego y poco talento. Demasiado protagonismo. Y creánme, no es nada personal. Contra nadie.

Iván García

Foto: EFE. Tribunal Provincial de La Habana, viernes 14 de mayo de 2010. Dania Virgen García y un opositor no identificado, hacen el signo de la victoria, al salir ella en libertad con una multa de 300 pesos (13 dólares), tras el juicio de apelación por la detención de García, a fines de abril, cuando fue condenada a 20 meses, acusada de un delito relacionado con la violencia doméstica.

Salir de la versión móvil