Desde La Habana

Damas de Blanco, dénse a su lugar!

Lo ocurrido el domingo 25 de abril, a la salida de la misa en la iglesia Santa Rita, en Miramar, es el colmo de la maldad, la falta de respeto y la degeneración de

quienes dirigen los operativos contra las Damas de Blanco. Dice un refrán «cría cuervos y te sacarán los ojos». Y un día a todos esos que ahora movilizan a esas personas tan vulgares y desvergonzadas, les puede pasar lo mismo. O peor.

Junto con el odio entre cubanos, están alimentando -aún más- la chusmería, el desparpajo y la violencia. Una muestra de que en Cuba la educación y los buenos modales hace rato se fueron a bolina.

No existen. Fueron destruidos por los propios revolucionarios y militantes comunistas, civiles y militares, a todos los niveles. Por esos mismos jefes que movilizan a gentuza de baja catadura moral y les dan órdenes y vía libre para que suelten andanadas de insultos y groserías, verdaderos circos romanos.

Y si todo ese horror forma parte del Plan X, entonces que las Damas de Blanco no permitan más que las sometan a ese tipo de torturas físicas y verbales. Y si tienen que dejar de ir a la iglesia de Santa Rita, que dejen de ir. O que vayan por sorpresa, un día entre semana, aunque en ese momento no se esté oficiando misa. O a otra iglesia, tratando de que no se enteran las chivatas que deben tener infiltradas, igual que ocurre en toda la disidencia.

Y si opositores y familiares de la capital y otras provincias, no las pueden acompañar en sus caminatas, que dejen de salir a la calle. Hasta que a esa jauría se le pase el miedo y pare de ladrar.

Llevan siete años manifestándose. Pero ante esa agresividad, las Damas de Blanco no deben seguir exponiéndose así, ellas solas.

Semejantes métodos de tortura psicológica y física no hay ser humano que los pueda resistir, durante tanto tiempo seguido. Y menos ellas, que ya de por sí sufren el injusto encarcelamiento de sus esposos, padres, hijos, hermanos…

Paren, Damas de Blanco! Dénse a su lugar! No permitan más que esas turbas incultas y degeneradas las ofendan y humillen de esa manera!

En la isla puede que algunos de verdad crean que son unas «mercenarias», pero el mundo civilizado sí las aprecia y valora. Y porque dejen de salir un tiempo a las calles vestidas de blanco y con sus gladiolos, nada va a pasar. Las seguiremos queriendo y ayudando.

Olvídense del que dirán si se toman un respiro. Porque quienes las puedan cuestionar, dentro o fuera de Cuba, no son los que están arriesgándose. Por el contrario, mientras más a ustedes las atropellen, hay quienes ganan dinero con vuestras fotos, videos y noticias. Pero ellos, vivan cerca o lejos, están a buen resguardo.

La salud de ustedes y de sus presos es lo primero. Como también lo es el amor propio.

Tania Quintero

A continuación, el reporte de Martha Beatriz Roque Cabello sobre lo ocurrido el domingo 25 de abril.

Con el mismo esquema que la semana anterior, la policía política mantuvo bajo un largo acto de repudio a las Damas de Blanco, cuando salieron de la iglesia, este domingo 25 de abril, permitiéndoles solamente caminar unos metros por la 5ta. Avenida.

El horrible espectáculo duró desde las 12 menos cuarto del día hasta las siete y cuarto de la noche.

Las fueron corriendo para arrinconarlas en el parque Gandhi, a un costado de la Iglesia de Santa Rita.

Consideran las Damas de Blanco que en esta ocasión fueron humilladas y torturadas física y sicológicamente, mientras en todo momento los Oficiales de la Seguridad del Estado -bien conocidos- se reían.

Le daban golpes a la parte de hierro de una guataca cerca de la cara de cada una de ellas, también con una cazuela y con un pito, todo en los oídos de las seis mujeres que estuvieron presentes todo el tiempo durante aquello que  para los organizadores constituyó «una fiesta».

Las participantes, Laura Pollán, Bertha Soler, Julia Núñez, Loida Valdés, Asunción Carrillo Hernández y Laura María Labrada Pollán, tuvieron que escuchar obscenidades de todo tipo, incluyendo las dichas por mujeres homosexuales, en el peor de sus lenguajes.

Jóvenes que bailaban alrededor de ellas, le pegaban el miembro viril cuando se les acercaban. Les echaban humo de cigarro en la cara.

De igual forma ofendían al sacerdote de la Iglesia, el que leyó un documento para darle fuerza a la comunidad que está siendo hostigada cuando asiste a misa. Blasfemaban de Dios y pedían que botaran del país al “cura descarado”.

No se quedaron sin recibir ofensas la prensa extranjera y los miembros del Cuerpo Diplomático que estuvieron presentes.

Finalmente, las trasladaron juntas a las seis en un ómnibus estatal, so pretexto que se hacía de noche y era más difícil darles protección, pero no sin antes golpear por las piernas, por debajo del cordón policial a Bertha Soler y Laura María Labrada Pollán.

Algunas mujeres que quisieron llegar fueron retenidas y sacadas del lugar, entre ellas, Juana Gómez Riego de Santa Clara, Villa Clara; Mercedes Fresneda; Odalys Surna y Sandra Guerra, a esta última la dejaron en Guanajay.

Junto a Maritza Guerra, en su casa, ayunaron Blanca Rosa Hernández Moya e Ivón Mayeza Galano, porque no les permitieron ir a la Iglesia.

Salir de la versión móvil