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Cuba profesionaliza el deporte

Ya se sabe por qué la temporada nacional de béisbol no comenzó en octubre. El aplazamiento no fue debido a las lluvias, como informaron las autoridades deportivas.

La trama era otra. Tecnócratas y mandarines políticos daban los toques finales a un proyecto que permitiera mejores salarios a los atletas. Las nuevas normas comenzarán aplicarse a partir del próximo 3 de noviembre cuando arranque la campaña beisbolera invernal.

Era imperioso un cambio en los conceptos deportivos que regían en Cuba. Desde que en 1961 Fidel Castro aboliera el deporte rentado, se creó una pirámide de escuelas y centros de entrenamientos para formar atletas de alto rendimiento.

Financiados por un aluvión de rublos, recursos materiales y entrenadores de la desparecida URSS y otras naciones de Europa del Este, el movimiento deportivo en Cuba tuvo un alza cualitativa espectacular.

Siempre la isla fue una cantera de talentos en béisbol y boxeo. Pero después de 1959, deportes extravagantes para el fanático cubano como el polo acuático, balonmano, lucha greco o el judo, gracias a preparadores que llegaron del frío o desde el estado gamberro de Corea del Norte, posibilitaron que Cuba obtuviera medallas olímpicas, panamericana y mundiales en esas disciplinas.

Otros como el baloncesto o el voly, de mucha aceptación en el ámbito universitario y escolar, despegaron definitivamente. Al igual que la camada de países comunistas, con la URSS a la cabeza, Cuba utilizó el deporte como una vitrina que intentaba demostrar la superioridad del sistema marxista-leninista sobre el capitalismo moderno occidental.

Había campeones de sobra. Salían en serie, como salchichas, de las escuelas deportivas. Faltaba la carne de res y la miseria se socializaba, pero el cubano promedio estaba orgulloso de sus logros en el ámbito deportivo.

Toda esa proeza se acuñaba bajo el término de ‘amateurs’. Algo que era falso. De amateurs solo tenían el salario. Jugaban, entrenaban y competían todo el año como sus homólogos profesionales.

Pero ganaban sueldos de obreros. Con la llegada en 1990 del ‘período especial’, una crisis económica estacionaria que dura ya 23 años, el deporte cayó en picada. Explotó la burbuja propagandística de Fidel Castro que veía en los atletas guerreros y en las competencias campos de batalla.

Los bajos salarios -un deportista devengaba un sueldo según su profesión-  fue la clave para que desde 1991 a la fecha, casi un millar de atletas abandonara su patria.

A eso se unían las estúpidas políticas, que prohibían a los atletas jugar en clubes profesionales y administrar sus finanzas sin autorización oficial. Los salarios de seis ceros que ganan algunos peloteros cubanos en la MLB fue y sigue siendo un acicate para jóvenes talentos, que quieren probar suerte en el mejor béisbol del mundo.

Había que frenar la hemorragia. Las nuevas normativas, sin duda, pueden atenuar las deserciones en deportes como el voly y otras disciplinas, donde sus principales circuitos están en Europa y no les afecta las leyes del embargo de Estados Unidos, y no tienen que marcharse definitivamente de Cuba para competir.

Aunque está por ver si la contratación de los atletas correrá a cargo de un representante designado por el jugador o la empresa estatal Cubadeportes será el financiero, cobrando altísimas gabelas.

De cualquier manera, es un salto adelante. Un primer escalón. Positivo, si vemos que el 70% de los deportistas de alto rendimiento vive en la indigencia material.

Es bueno que un pelotero gane un salario acorde a la carestía de vida en Cuba. Ellos contribuyen al mayor espectáculo nacional durante cinco  meses. También debiesen ganarlo médicos, maestros y otros profesionales, pero ésa es otra historia.

En las nuevas normativas, no se dice de qué manera se van a mejorar las condiciones materiales para los entrenamientos, reparaciones de estadios y alimentación balanceada de los deportistas.

Tampoco se explica cómo se financiará todo el nuevo entramado salarial de la Serie Nacional. ¿Se crearán empresas que vean el deporte como un negocio o el Estado continuará subsidiando el deporte?

Ya es un hecho que el régimen del General Raúl Castro sepultó cien metros bajo tierra el falso deporte amateur. Era lógico. Constituía una carga a la depauperada economía local.

Estas nuevas medidas también envían un mensaje de ida y vuelta a los magnates de Grandes Ligas en Estados Unidos, Cuba quiere participar en el Big Show. Ya abrieron el portón.

Iván García

Foto: Tomada de Martí Noticias.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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