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Cuba necesita con urgencia ayuda humanitaria

Cuba necesita con urgencia ayuda humanitaria

Las imágenes son espantosas. Las historias de personas que cuentan con lágrimas entrecortadas el drama que están viviendo debido a la Covid-19 son conmovedoras.

Por favor, deténgase a escuchar los relatos de médicos y enfermeras que trabajan veintidós horas diarias en la línea roja, muchas veces en condiciones deplorables, con hospitales desbordados, sin apenas medicamentos, mala alimentación y durmiendo apenas dos horas.

La pandemia del coronavirus no entiende de ideologías. En su momento colapsaron servicios médicos de excelencia en España, Reino Unido, Italia y Estados Unidos. El Covid-19 se ha llevado casi cuatro millones de vida en el planeta. Y sigue sumando.

Cuba, a pesar del retroceso cualitativo que ha sufrido la salud pública por recortes del presupuesto local, errores de estrategia en el diseño de la cobertura universal, brutal déficit de medicamentos y equipos médicos de última tecnología que el gobierno de La Habana achaca al embargo económico y financiero de Estados Unidos, cuenta con una atención sanitaria aceptable para una nación pobre del Tercer Mundo.

La estrategia e infraestructura de la salud pública cubana es funcional, con médicos de barrio, policlínicos municipales, hospitales generales, varios especializados, con personal suficientemente capacitado. El Ministerio de Salud Pública anualmente promueve campañas de vacunación masiva contra enfermedades como la polio y el tétanos, entre otras.

El régimen verde olivo mantiene en una vitrina al sistema de salud. Pero cada año le asigna menos dinero y la desidia estatal ha provocado que numerosos centros médicos hayan dejado recibir mantenimiento constructivo y hoy muestren una higiene lamentable.

El gobierno de Cuba ha optado por priorizar la exportación de servicios médicos -representa la primera industria nacional- que mejorar la sanidad en la Isla.

En su mejor etapa, por concepto de exportación de servicios médicos se obtuvieron entre ocho y once mil millones de dólares, cantidades que no se revirtieron en mejorar los centros asistenciales más allá de una mano de pintura barata y la compra de algunos equipos médicos.

La mortalidad infantil de Cuba tiene estadísticas del Primer Mundo. El promedio de vida igual. Por eso es inadmisible que los pacientes tengan que cargar de su casa con sábanas, toallas, cubos y ventiladores cuando ingresan en un hospital.

La explotación laboral a los cooperantes médicos cubanos es real. No es propaganda. El régimen se queda con el setenta u ochenta por ciento de los salarios en divisas que devengan los galenos que prestan misiones en el extranjero.

Pero en estos momentos, ante la dramática situación sanitaria y el colapso hospitalario en Matanzas y otras provincias, no debemos hacer leña del árbol caído.

Nuestras notables diferencias políticas, no pueden ser un obstáculo para que el gobierno y el exilio negocien de forma urgente un corredor humanitario. No es sano politizar las ayudas. Pero sí es razonable que se verifique que esa ayuda llegue a los más necesitados.

El gobierno cubano debiera autorizar una ayuda humanitaria procedente del exterior y poner a su disposición la infraestructura logística y de transporte. Trabajar en equipo y permitir que los médicos cubanos emigrados que lo deseen, puedan regresar y prestar asistencia sanitaria en su patria.

Debemos dejar los egos, el orgullo y la ideología a un lado. Debemos hacer lo que de manera espontánea el pueblo cubano está pidiendo con urgencia.

Cuba necesita de la ayuda de otros países. Pero no se puede ser ingenuo: la pandemia está golpeando también otras naciones, como Brasil, Perú, India, Indonesia… La asistencia internacional está desbordada.

El mejor capital que tiene Cuba son los cubanos. Nuestros emigrados, en su mayoría, están de acuerdo en que se debe abrir ya un corredor humanitario.

La Aduana de la República, en caso de que se concretase, debiera emitir una moratoria y permitir la entrada de cualquier cantidad de alimentos, medicamentos y otros insumos sin cobrar aranceles.

En 1984, la Etiopía del dictador Mengsitu Haile Mariam sufría una hambruna espeluznante. Músicos estadounidenses y del resto del mundo hicieron una campaña de solidaridad que llegó a recaudar más de 50 millones de dólares, además de grandes volúmenes de alimentos y medicamentos.

Lo que está en juego ahora mismo es la vida de miles de cubanos. Solo en la provincia de Matanzas, a cien kilómetros al este de La Habana, el jueves 8 de julio hubo más de 1,300 casos de contagio.

En las redes sociales, los residentes en las distintas provincias cuentan de casos de personas que mueren en sus casas sin recibir asistencia sanitaria. Médicos que no tienen antibióticos para recetar. Incluso ni una simple tableta de paracetamol.

De acuerdo al número de habitantes, la localidad de Cárdenas y la ciudad de Matanzas, actualmente son el epicentro mundial del Covid-19.

El gobierno cubano debiera suspender el turismo en Varadero y los vuelos desde Rusia que han provocado, según fuentes de todo crédito, la entrada al país de las variantes Delta y Delta Plus, altamente contagiosas y mortales.

Otras provincias como Santiago de Cuba, Camagüey y Ciego de Ávila también tienen sus servicios sanitarios al borde del colapso. El Covid-19 ha provocado una tormenta perfecta en medio de una feroz crisis económica, desabastecimiento generalizado e inflación galopante.

El gobierno cubano debe aparcar las diferencias políticas y autorizar un corredor humanitario. Cuba necesita ayuda urgentemente. Dilatarla o prohibirla, más que irresponsable, sería criminal.

Iván García

Foto: El 9 de julio, Lisveilys Echenique, residente en Ciego de Ávila, provincia a 400 kilómetros al este de La Habana, denunció en redes sociales la muerte de su hermano, quien llevaba diez días con Covid-19 solo en su domicilio. Lisveilys dijo que se dirigió a un centro médico del territorio y solicitó atención con urgencia y nadie acudió a su petición. Según relató, su hermano llevaba todos esos días con fiebre en su casa sin ningún tipo de medicamento ni atención médica, pues los hospitales de la provincia estaban colapsados y no habían camas para ingresarlo. Tomada de Cubanos por el Mundo.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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