Desde La Habana

Cuba: Diplomacia, negocios y golpizas

Cuba: Diplomacia, negocios y golpizas

Lo único seguro, comprobado y fehaciente de la anunciada visita del presidente español Pedro Sánchez a Cuba es que, el viajero ibérico –el primero que volaría de Madrid a La Habana desde el periplo de Felipe González en 1986- no se reunirá con ningún representante de la oposición pacífica.

No se atreverá siquiera a hacerles una rápida llamada telefónica, ni le hará a nadie que esté contra el gobierno comunista un discreto saludo desde lejos, discretamente arrellanado en el asiento de piel de su Mercedes Benz.

Según Sánchez y su anfitrión Miguel Díaz Canel, que lo convidó durante un encuentro en la ONU, en Nueva York, la cita se celebrará “lo antes posible” y la agenda de trabajo de la trayectoria “se está empezando a diseñar.”

Lo que es verdaderamente novedoso y cierto es que, de producirse el viaje, se dará, ha dicho el invitado, “una muestra del cambio político que ha representado su llegada al Gobierno de España, hace cuatro meses.”

Los opositores que viven dentro de la Isla verán llegar al español, pero no habrá ninguna sorpresa en el hecho de que ni los reciba ni los mire. Ya saben que en los últimos años nadie que viaja a Cuba de manera oficial les hace el menor gesto de cercanía, ni aún a lo largo del gobierno del Partido Popular que llegó a la Moncloa en 2011, con el respaldo claro y prudente del exilio cubano en España.

Los antiguos amigos de la etapa de oposición al PSOE se convirtieron de repente en personajillos que habría que ignorar de manera evidente en la capital cubana para no molestar al grupo de poder, a los compañeros de la Sierra Maestra, y no poner en riesgo las relaciones comerciales y el oleaje de inversiones ibéricas que planeaban y se produciría.

No. Los ilustres viajantes gubernamentales del PP iban a conversar de negocios y de dinero, de nuevos hoteles y de la ubicación de empresas españolas en la geografía cubana, sin contacto ninguno con la oposición y sin preocuparse siquiera por Bertha Soler -a quienes muchos conocieron en Madrid- y de las golpizas que ella y las otras Damas de Blanco reciben por órdenes directas de sus amigos expertos en compraventa y otras cirigañas de la economía.

Los opositores internos no creen en los viajeros oficiales de España. Creen en la oposición.

Raúl Rivero

Blog de la FNCA.

Foto: Pedro Sánchez y Miguel Díaz-Canel durante su encuentro el 25 de septiembre de 2018 en Nueva York. Tomada de El Mundo.

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