Desde La Habana

Anna Ardin: ¿de la CIA, anticastrista o agente cubana?

Tal vez es una simple activista sueca, defensora de los derechos que de repente se apasionó por un australiano famoso llamado Julian Assange. Una amiga, Sofia Wilen, quiso también probar si el tipo de WikiLeaks era tan bueno en la cama como ante el ordenador.

Sea lo que sea, Anna Ardin está contribuyendo a virarle la tortilla a Assange, detenido en Londres desde el 7 de diciembre, acusado por ella y su amiga de supuestos acosos sexuales cometidos en agosto de 2010, durante una estancia de Assange en Estocolmo.

Al salir a la luz los nexos de Ardin con disidentes cubanos, los focos -al menos momentáneamente- se desplazan hacia esta mujer de 31 años, conocida militante de la izquierda en Suecia.

Se dice que entre 2002 y 2006 habría hecho varios viajes a Cuba, aunque en algunos sitios afirman que en 2004 habría sido expulsada por las autoridades cubanas, por sus encuentros con opositores.

En su tesis, presentada en el verano de 2007 en la Universidad de Uppsala, con el título The Cuban multi-party system, Anna Ardin le da crédito a Miriam Celaya González, Dimas Castellanos Martí, Oswaldo Payá Sardiñas, Miriam Leiva Viamonte, Manuel Cuesta Morúa, Leonardo Calvo Cárdenas, Julia Cecilia Delgado Sablón, Oscar Espinosa Chepe, Fernando Sánchez López y Lucía Hernández Plascencia, casi todos reconocidos disidentes de tendencias socialdemócrata, liberal y democristiana.

Hasta la fecha, de este grupo el único que ha hecho declaraciones es Cuesta Morúa (http://diariodecuba.com/cuba/2065-la-sueca-presuntamente-violada-por-assange-intento-romper-el-arco-progresista), quien culpa a Ardin de haber intentado «romper» su partido, Arco Progresista, y sembrar dudas sobre el manejo de unas finanzas, algo que no es noticia, pues en su momento fue comentado entre opositores de la isla.

De este culebrón donde no faltan sexo, política y espionaje, se han hecho eco sitios cubanos, independientes y oficiales. El martes, Granma publicaba una nota (http://www.granma.cubaweb.cu/2010/12/07/interna/artic02.html), venenosa como suele ser habitual en el órgano del partido comunista. En ella implicaban a dos exiliados cubanos: Alexis Gaínza, y Carlos Alberto Montaner, quien ya hizo un desmentido.

Por su parte, Cubadebate deja caer que ella habría nacido en Cuba. Pero no da más datos, quizá esperando darlos más adelante en una exclusiva. En internet se especula que su verdadero nombre sería Anna Bernardin. De ser cierto, se llamaría igual que una estadounidense nacida en 1918 y fallecida en 2002, según su obituario.

En su blog, Anna Ardin pone links a dos bitácoras realizadas en La Habana, la de Dimas Castellanos y Generación Y.

El hecho de ser tan limitado su blogroll sobre Cuba evidencia que después de esos contactos con disidentes, y luego de haber presentado en 2007 su tesis, la situación cubana ya no le interesaba. O, por el contrario, le interesaba demasiado, pero prefería mantenerse en un discreto segundo plano.

La foto, de un viaje a Palestina, contribuye a ampliar  el curriculum de Anna Ardin. Y le añade más morbo.

Tania Quintero

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