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Estados Unidos: un enemigo necesario

A Fidel Castro le encanta hacer apología de las numerosas agresiones económicas, paramilitares y políticas de las 11 administraciones que han pasado por la Casa Blanca en los 51 años que el hombre fuerte de Cuba lleva en el poder.

Estados Unidos está lejos de ser el vecino ideal. En los primeros 40 años de la revolución, desató una feroz campaña de acoso a Castro. Fue una contienda con todos sus ingredientes. Guerra sucia, presión económica y propaganda antigubernamental.

Pero Castro tampoco es un santo. Consolidado por los más de 20 mil millones de rublos que le otorgaba Moscú, hizo las veces de portaviones ruso en el Caribe. En octubre de 1962, tuvo la desafortunada decisión de aceptar 42 misiles nucleares de alcance medio e intermedio dotados con ojivas nucleares, aviones bombarderos estratégicos y 43 mil soldados rusos en territorio cubano.

Financió numerosos grupos guerrilleros de América Latina y África. Incluso algunos que años después han degenerado en bandas terroristas como las FARC en Colombia y Sendero Luminoso en Perú.

Además de provocar un desplome estruendoso de la economía cubana, con sus planes descabellados y su manera de administrar el país como si fuese su rancho particular, el comandante único mantuvo tropas militares a miles de kilómetros de la isla.

Actuaba poseído por un complejo de Napoleón insular. Cuba se inmiscuyó en las guerras civiles de Angola, Etiopia y Somalia. Las secuelas de la participación en esas contiendas están por escribir.

Durante la guerra fría, Cuba y Estados Unidos  mantuvieron un enconado pulso político. Como centro del poder mundial, Washington no quería permitir la descarada presencia militar soviética y el apoyo a la insurgencia en medio mundo por parte del gobierno de La Habana.

Después que Kruschov retiró los cohetes, la desaparecida URSS mantuvo tropas en la isla y una base para espiar electrónicamente a Norteamérica.

Con la caída del muro de Berlín en 1989, Cuba perdió fuelle. Al cerrarse la tubería de los rublos rusos, se entró en una etapa de indigencia económica. Los americanos se sentaron en una poltrona a esperar la caída. Pero contra viento y marea, Castro resistió.

Ahora el mundo es otro. Hasta Hugo Chávez y Evo Morales llegaron al poder mediante los votos, no por las balas. El “foquismo revolucionario” de Ernesto Guevara, cayó en el saco del olvido. El teatro de acción presenta un nuevo diseño.

El anciano guerrillero que escapó milagrosamente de la muerte en julio del 2006, ha reaparecido convertido en una especie de gurú internacional. Presagiando catastrófes y dando crédito a cualquier teoría incendiaria y conspirativa.

Sólo en el tema migratorio, Cuba es un problema para la seguridad nacional de Estados Unidos. Una hipotética crisis interna pudiera desembocar en que miles personas se lancen al mar en cualquier objeto que flote para escapar de la isla. La Casa Blanca es la primera interesada en que la situación cubana no se vaya fuera del control a sus gobernantes.

A pesar del discurso anti yanqui de Castro, Estados Unidos es hoy el quinto socio comercial de la isla y el número uno en ventas de alimentos. Se discute levantar las prohibiciones de viajes de estadounidenses a Cuba. El embargo es un absurdo. En las tiendas por divisas venden Coca-Cola y ordenadores Dell, entre otros productos.

Los mayores problemas de los cubanos no vienen del norte. El enemigo duerme en casa. La corrupción galopante y la ineficiencia económica son, entre otras,  las causas de que el país esté pidiendo el agua por señas. Fidel Castro intenta culpar a los gringos de muchas de nuestras calamidades, pero la gente sensata cree que el mal gobierno y la inoperancia del sistema son los mayores responsables.

Además de ser un mal menor en la actualidad, Estados Unidos aporta liquidez a Cuba. Mil millones de dólares anuales por concepto de remesas familiares y 50 mil cubanoamericanos que todos los años viajan a la isla y gastan dólares a todo vapor.

Pero siempre es más fácil adosarle las culpas al villano de toda la vida. Si Estados Unidos no hubiese existido, Fidel Castro lo habría inventado.

Iván García

Foto: Ralph Crane, revista Life, octubre de 1962. En una tienda de Los Angeles, personas siguen el anuncio del bloqueo naval a Cuba hecho por el presidente Kennedy durante la Crisis de los Misiles.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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